Columnas de orden incierto sostienen mi vida,
Arquivoltas densas reflejan mi rostro,
La fría piedra que me hace palidecer de noche,
Se colorea con los primeros rayos de la mañana,
Mi pensamiento recorre grandes naves,
Se detiene en pequeñas capillas y medita,
Colecciones de ídolos, saludan mi paso,
Pero mi espíritu cansado busca su aljama,
Mi corazón almenado y ajado resucita con,
El rumor fresco del agua y el olor a azahar,
Bellos arcos y óculos altivos vigilan mi descanso,
Intento despertar de un sueño tan imposible como letal,
Al fin alcanzo, el gran jardín florido y oloroso,
Diván de poetas y místicos que recitan sus letanías,
Bajo la bóveda estrellada de un cielo etéreo y protector,
Que lanza áureas bendiciones sobre nuestras almas
Pencho Serrano. 2011
