Un trocito de ironía para empezar la semana…
La educación
sexual
que nos dieron,
—a mis hermanos
y a mí—,
recorre esta
tarde de invierno
mi cerebro
y se merienda
mis neuronas.
Nunca nos explicaron
—por ejemplo—
que hacer el amor
podía no tener
nada que ver
con amar.
Ignoraron el verbo
masturbar
y te prohibían
jugar a los
médicos.
(No digamos
jugar con ellos.)
Y ahora,
que mi hermano
se ha hecho
la vasectomía,
mi madre le habla
de sexo,
de hacer el amor,
de médicos
y de erección.
Tanta información
de golpe,
nos llega 25 años tarde…
Espero que mi
hermano
haya sabido
estudiar solito.
Yolanda Sáenz de Tejada
Colaboradora de esta Web en la sección
«Tacones de Azucar»
Blog de la autora