EL ABANDONO
Viniste a mí fortuitamente,
como aparece de repente un extraño
que te seduce en un instante,
y te estás marchando hoy
con esa suavidad
con la que escapa aquí el verano.
Probablemente un día
no ocupe el tiempo en la constante búsqueda
de la belleza intrascendente,
como la de la música
suspendida en el aire,
la del color de los pequeños muebles
de mi casa, la de esas otras artes
tan modestas que nunca alcanzarían tu cima.
Regresarás pidiendo entonces
que te atienda para cubrir
con matices variados el dolor,
el amor y el desamor, la tristeza
y acaso alguna explosión repentina
de euforia.
Un día volverás y no haré entonces
como hacen los amantes despechados,
no habrá malentendidos,
reproches ni agrias discusiones,
ni siquiera una pregunta necia.
Y qué fortuna la mía si el milagro
sucediera sin darme cuenta apenas,
si ocurriera remisa y dulcemente,
con enorme sosiego,
con docilidad plena,
como te estás marchando ahora,
como se van aquí las estaciones,
como a veces se instalan
en nuestra vida
aquellos amores interminables.
Juana Fuentes.
Bello poema que nos habla de pérdidas. Que vuelva… te deseo para que veas que «no habrá malentendidos, / reproches ni agrias discusiones / ni siquiera una pregunta necia». Solo «justicia poética», ese será el milagro.
Un beso.
Muchas gracias por tus maravillosos deseos, Carmen. Que vuelva, sí, que no me abandone definitivamente…la vida no es lo mismo sin la Poesía.
Un beso.
Con sencillez, el dolor; el amor (y el abandono), con la mejor poesía. Me encanta esa calidez de los versos «la del color de los pequeños muebles / de mi casa, la de esas otras artes / tan modestas que nunca alcanzarían tu cima», pues la belleza intrascendente es, en verdad, la única belleza.
Muchísimos besos, poeta.
Querida Elena, muchísimas gracias por tus palabras. Siempre hay en ellas una entrañable calidez que me acuna como el más delicado de los poemas.
Miles de besos.