Nos llevaba el cuerpo
como golondrinas desbocadas,
pasaba el cielo
y el rojo acento de las nubes
nos puntuaba besándonos el alma
sin contratiempos.
Hicimos nuestros cálculos,
éramos los acordes
de la mirada, de las estaciones…
Invadidos por tanta pasión
nos pensamos libres,
en plena noche recogimos
nuestra cosecha
y beso a beso,
enlazados por la misma brisa,
decidimos esperarnos
en la dicha del amor alegre
mientras sonaba, de fondo,
nuestra bella canción.
Nos abrazamos estremecidos
en todos los idiomas.
Mónica López Bordón