Creo que la mejor forma de rendirle homenaje y respeto a un escritor es compartir sus palabras. El destino, a veces ese aciago compañero de viaje, ha querido ahora que, hace justo un año, yo reseñara el poemario que Enrique Clarós publicó con Playa de Ákaba, Creo en la noche. Aquí os dejo uno de sus poemas, que, junto al resto, reposaba en una de mis estanterías, pero que el azar quiso que descansara junto a un marcapáginas. D.E.P.
ANOCHECE
Rocas atormentadas
dan forma
a un paisaje hermoso
sucumbido bajo el cielo,
agonizando de frío.
Las entrañas del crepúsculo
se abren a nosotros,
tímida oscuridad que apaga
el delirio de colores,
atestadas cavernas en los cielos
lanzan aullidos que saludan
el repelente impregnando el aire.
Y el tiempo huye
bajo el resplandor dormido de los astros,
y crece en todas direcciones,
mientras la pálida luna,
disfrazada de nube,
alumbra melancólica
un mar inmóvil
más ignoto que la tierra.
Enrique Clarós, Cae la noche.
Ángel Silvelo Gabriel
Gracias Ángel por tus palabras.
Valle Clarós