Ergo sum
«All the world’s a stage, And all the men and women merely players…»
Soy un personaje en carne viva.
Desollada en las escenas narrativas
del omnisciente cuenta-cuentos cuyo ingenio
hace remolinos de mis días.
Soy el huérfano del trágico relato
que encontró la carta de su madre
antes de jubilarse de la trama
con el cuerpo agotado por el cáncer.
Pero este día me obliga a repetir-
ciclo implacable-, el escritor que me dio vida;
año tras año, debo recordar que ella se ha ido,
y cuántas cosas quedaron en el aire…
Cuántas cosas sin decir quedaron
aunque se me ocurrieran ya muy tarde;
cuánto hubiera deseado sus consejos,
envueltos en palabras terrenales.
¿Sabrá mi creador que al dormir sueño?
A veces la sueño a ella, mi madre:
¡cuánto más preciosa su advertencia,
ahora que rara vez va a visitarme!
Se sentó frente a mí la última vez
y me habló en silencio, rostro grave.
Debió saber que yo desesperaba,
impotente bajo la inventiva
del gran e intransigente literato.
Pues soy un personaje en carne viva,
desollada en la ilusión de mi argumento.
Y sé que la muerte de mi madre es también
sólo otro recurso novelesco
Estamos a merced de la codicia
de un escritor que persigue con ahínco
un premio
Y a mí me hace pensar
todos los años,
en lo que debo dejar de celebrar
para soltar al viento
como una pluma…
y mientras todavía lo soy;
ojo de pluma,
y tinta que corre por el cálamo…
Estel