El principito era feliz
porque siempre
tenía a su rosa cerca.
Es sencillo
amarte;
coger un ramo
de flores
salvajes
de tu espalda,
o abrazarte
el sexo
mientras duermes
(y después
despiertas).
Es sencillo
amarte;
besar
tus labios
a media tarde,
mientras lees
en esa mecedora
que encontré
en la calle
y pinté
de color plata.
Mirar,
después,
cómo,
gota a gota,
vas cerrando
los ojos
con mi rostro
aún dentro.
Es obvio
amarte
porque tú eres
el aliento
que ensortija
mis catástrofes y
porque me acaricias,
famélico,
a cualquier hora
del día
(toda yo me acaricias)
mientras me
dices
sonriendo:
mi amor,
qué sencillo
es amarte.
Yolanda Sáenz de Tejada
Colaboradora de esta Web en la sección
«Tacones de azúcar»
Qué hermosura de poema, qué hermoso el amor que describes. Como en todo, en lo sencillo está la verdad.
Muchos besos.
Elena, querida amiga, gran mujer y escritora…
gracias infinitas por seguir viendo belleza en mis verbos.
El amor, por bandera, cada día de mi vida. La sencillez como piernas, que nos recuerde que nacimos así, sin nada, para qué complicarnos tanto… 🙂
Un abrazo inmenso para ti.
Qué bello poema Yolanda amiga.Es sencillo amarte, con ese modo de hacer versos tan especial y que llega al corazón. Besos.
Gracias, Pilar, por leerme y por llegar exactamente al centro de mis poemas.
Es mucho más compleja la sencillez que la sofisticación o los tecnicismos. Ejercer ese arte es todo un reto para mí.
Me satisfacen tus palabras.
un abrazo enorme.