Éxodo. Por Juan A Galisteo Luque

 

Ya comienza otro descanso como siempre,
al vorágine latir de un nuevo día;
se abandonan las calles, las ciudades,
como rayos incesantes de alegría.
Todo es prisa, exigencias para todo,
contra todo, que el que es libre tiene vía,
para hacer y deshacer lo que precise,
como siervos y señores ¡quién diría!
De este mundo que no cambia, que es el mismo,
la tiniebla del poder nos desafía,
y su sombra en cada esquina, con astucia,
nos obliga a caminar en su porfía.
La pobreza, que es pobreza desde siempre,
se la escucha en diferente sintonía;
su sonido al compás del instrumento,
es el mismo, con distinta melodía.
Mientras tanto, todo sigue igual, no cambia,
crece envuelta en sinrazón, la tiranía,
disfrazado de honradez, vive el malvado,
de sincera honestidad, la hipocresía.
Otra vez, por unos días apartados,
del vivir cotidiano ¡qué ironía!,
alejados del trabajo y las presiones,
transformando la inquietud en fantasía.
Y ¡no importa! porque al menos olvidamos,
tanto exceso de impiedad, tanta osadía;
la cuestión, está en borrar por un instante,
del recuerdo, la fatal monomanía,
que permita abandonar de nuestras mentes,
esa innoble y esa cruel melancolía.
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Juan A Galisteo Luque
Blog del autor
Del poemario: Versos de luz y de sombras.

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