Si fueras tú la isla
que frente a mí se me alza constante e inaccesible
y si existiese en ti la misma orilla,
hostil paraje de arrecife y cardos,
si ascendieses los días de tormenta
y amansara tu sombra la sombra de los pecios,
si escondieses también en tu soberbia
la soledad de quien se aflige solo;
si fuese el mar ensueño de tu llanto
y el salitre coral de tu silencio,
y si estuviera en ti tan hondamente
sumergido el fulgor,
no temería abandonar mi playa,
me echaría a nadar delirio adentro
donde tu luz creciera y me anegase.
Mari Cruz Agüera
Jurado del VII Certamen “Poemas sin Rostro«
Esas condicionales me han mecido, en la incertidumbre de las olas, hasta la luz del arrojo. Una joya en el mar. Como siempre.
Un abrazo.