La condena. Por Marcelo Galliano

 

Yo cumpliré por siempre tan extraña condena:
seré siempre la lluvia que imagina un brocal
y allí desvanecida comprobará con pena
que va a manchar sus ojos cayendo en un fangal.

E insistirá mil veces tal vez buscando arena
o la caricia tersa de un perfecto cristal,
mas no hallará en tu huerto ni una tenue azucena
donde hacerse infinita con su brisa frutal.

Siempre serás lejana, yo siempre estaré cerca
cual párpado insistente, como mirada terca
que no encuentra más lumbre que el observarte a ti.

Y así una tarde calma moriré siendo tuyo
y el corazón herido me dirá en su murmullo
que nunca, nunca, nunca te tendré para mí.

 

Marcelo Galliano
Derechoa registrados
Argentina

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