La fiesta dudosa. Por Pilar Gorricho

La fiesta dudosa. Por Pilar Gorricho

 

En los años ochenta,

ser madre soltera

era un estigma,

una oculta desdicha del destino.

Yo adoraba mi vientre

como un milagro al que ningún

dios ni ningún hombre podía cuestionar.

La fe de la lozanía en algunas ocasiones

se nos hace carne para recordarnos

que multiplicarse es una suma de afectos.

El adorado mayo.

Siempre es en mayo cuando en las aceras

fermentan aromas de tirantes

y hombros con el sol tatuado.

En mayo nació Sara, la princesa.

No fue nada especial,

las caras denotan siempre

aquello que la boca no acierta a decir.

Sus gestos eran de pánico ante «aquel pecado»

que cobraba nombre.

El rechazo es una cuestión de piel

y la mía nadie tocaba por miedo

a que la enfermedad de la vida

pudiese hacerlos felices.

Yo estaba exultante con mi hija en brazos.

Aquella preciosa criatura

que intentaba calmar su hambre

en medio del desastre.

Entonces, entró mi abuela

con una alegría casi al fiado

y dos botellas de champán.

Y el ruido del corcho sonó como un bombardeo

al frente enemigo de las apariencias.

Es cierto, se produce en la vejez

una extraña inexperiencia ante lo inútil.

La fantástica sensación de lo verdadero.

Siempre recordaré su rostro de canción.

Mi abuela murió cuando mi hija tenía siete años.

Abuela, ¡salud! Y gracias.

Que la tierra te sea leve.

Mi hija murió cuando tenía treinta años.

Hija mía, ¡ salud! Y gracias.

Que la tierra te sea leve.

Estoy completamente segura

de que allá donde estén

son burbujas de celebración,

cantos de protestas,

cónclaves de eternas mariposas.

Me interesa creer que se están tomando

una copa de champán en mi honor.

Me interesa para seguir en esta tierra

que para mí es grave.

Brindo con ellas, brindo para ellas,

y esta fiesta que, como dijo Biedma,

iba en serio.

Pilar Gorricho

Blog de la autora

3 comentarios:

  1. La vida va en serio, y a veces (muchas veces), la tierra se no hace grave.
    Que la Poesía nos salve. Celebremos con champán ese encuentro.
    Muchos besos.

  2. Brindis emotivo Pilar. Con sabor a cielo y a tierra, a burbujas y a lágrimas.

    Querida Pilar te deseo Paz y Poesía. Recibe siempre mi abrazo.

  3. Muchas gracias a ambas por llegar hasta mi espacio de versos y a este corazón ya colonizado por vuestra amabilidad.Feliz Navidad y un abrazo fuerte

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