Yo te amaré algún día ¡te lo juro!,
sin quizá, sin tal vez, sin mientras tanto,
será un amor que convertido en llanto
todo lo empape, dulce, suave y puro.
¡Paciencia, amor, ya arroparé tu frente
en este pecho que será tu manto!
Yo te querré, si me preguntas cuánto,
responderé: será infinitamente.
Yo te amaré, yo llegaré a quererte
como una inevitable y tierna muerte
serás el lecho de este malherido;
y acaso un día inquieras si fue cierto
que ese recuerdo amarillento y yerto
capaz fue de querer como ha querido.
Marcelo Galliano
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Argentina