Vas a llorar, lo sé, tiembla tu boca,
y has respirado tan ruidosamente
que digo yo que el corazón urgente
golpeó en tu pecho como dura roca.
Y en esta expectación que a mí me toca
yo no logro obtener que de mi frente
nazca tan oportuna y ocurrente
la frase justa sin que suene a poca.
La lágrima en tu cara y su amarillo
sendero por tu rostro, ese cuchillo
salado que entristece tu mirada
sé que va a devenir en la tormenta
de llanto en tu mejilla cenicienta…
y aquí estaré… sin poder hacer nada.
Triste pero hermoso soneto, llorar es bueno, desahoga mucho y, a veces, es mejor no decir nada, solo acompañar en silencio, agarrar la mano o un abrazo en silencio es el mejor consuelo.
Besos