En mi pasión por escribir, sentimientos que emanaban
ignoré el poder sobre mi alma, de la historia que plasmaba
si aceptaría dormir en un archivo, o nacía para ser mostrada
y pedir tener forma de libro y que ese libro lleve alas.
Con dudas, temores, alegrías… me subí a la aventura
de mostrar sentimientos, que plasmé en escritura
y en cada poema que brotó, en su momento de mi pluma
mi alma donó un trocito, y que hoy busca tomar altura.
Con la emoción del asombro, al sostener el libro en mis manos
gruesas lágrimas mojaron mis mejillas, por el sentir de lo expresado
fue mayor el sentimiento de tristeza, que de alegría al comprender
que se asemeja a un hijo, cuando nuestra mano… deja de sostener.
Comienza su propio vuelo, y mi sensibilidad se estremece
me asombra percibir el dolor, que en mi causa su despegue
lo soñé con mucha alegría, y hoy reconozco al comprobar
que terminar un libro, es abrir un horizonte… y no un capítulo cerrar.
Mirtha Rodríguez
Argentina
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