Mis ojos otean la tierra
desde el balcón: le veo a él
con una foto en los brazos
mientras ella, de perfil, le observa
con las piernas cruzadas
sosteniendo la luna para él
con su mano derecha
y sus sueños dibujados
en la piel tatuada por tantos besos.
Él se acerca y la estrecha por la cintura,
le acaricia la melena,
disfruta con su aroma a jazmín.
Se miran, sus ojos recorren el mundo entero
en una habitación imaginada.
Cuando cerré la ventana
tenían las pupilas llenas de luz.
Mónica López Bordón
Muy hermosa esa contemplación del amor, de los enamorados, desde alguien exterior que se siente contagiado por su luz y su diálogo mudo.
Enhorabuena y un abrazo.