nasrinprincesa. Por Yolanda Sáenz de Tejada

Nasrin retuerce
con sus dedos
la seda roja
de su vestido
de fiesta.
Sus pequeñas
manos,
decoradas con
henna,
anuncian su
boda.

Sus hermanas
la miran
desde lejos
(estando tan
cerca)
y sobre su frente
un rubí de
plástico le
refleja el
futuro demasiado
cerrado.

Nasrin es
una noviaprincesa
que hoy
no sonríe.

Casar a una
niña de doce
años,
debería pagarse
con la
patria potestad.

En Pakistán, comprar una mujer cuesta lo mismo
que la multa que el estado te impone por hacerlo: 120 euros.


Yolanda Sáenz de Tejada
Colaboradora de esta Web en la sección
«Tacones de Azucar»

Blog de la autora

Un comentario:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *