nochedeconfidencias. Por Yolanda Sáenz de Tejada

Yolanda Sáenz de Tejada

Para Araceli, por su corazón salvaje,
y para Rogelio, por inventar finales hermosos

Ella se quitaba
la camiseta con
pudor
(bueno, eso era
sólo al principio).

Él organizaba
la tecnología:
vuelca el asiento
atrás,
ten cuidado con
la palanca de
marchas y
ponte sobre
mí, que
estarás más
cómoda.

Las linternas
de la guardia
civil
les bajaron
el radio del iris y
la libido:
chicos,
es peligroso
este sitio,

les dijo
el del
bigote.

Y ella,
medio desnuda y
con esa ternura
que siempre
lo desarmaba,
le preguntó
desvergonzada pero
niña:
¿me puede
usted indicar
(por favor)
un carril
más seguro
por aquí?


Yolanda Sáenz de Tejada
Colaboradora de esta Web en la sección
«Tacones de Azucar»

Blog de la autora

3 comentarios:

  1. Yolanda, qué pillina eres. Muchos besos.

  2. jeje, Carmen, es que hay que reírse de uno mismo y recordar los momentos hermosos.
    Un abrazo enorme y gracias por leerme y comentar.

  3. Vamos, que la niña encantadoramente descarrilada quería asegurarse un carril. (Sonrío)

    Fresco, real, y valiente. Me ha gustado.

    Un abrazo.

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