A María (la Monjas),
que me inspira.
Virgen…
me grita
alarmado,
repitiendo
sin freno
este
sustantivoadjetivo
(como si fuera
un delito
ser virgen
a los cuarenta).
Y,
aterrado,
se aleja de
mis labios de
golpe,
con miedo
de ser
devorado por
mi entrega.
Así que
aquí estoy,
desnuda y
sentada en este
poema;
con las piernas
colgando sobre
las comas
porque
no me llegan
al último
verso y
(de camino)
llorando.
Lo siento,
me ha dicho
cerrando
de un portazo
mi sexo,
soy un
caballero
y nunca
entro el
primero.
Yolanda Sáenz de Tejada
Colaboradora de esta Web en la sección
«Tacones de Azucar»
Blog de la autora
Que bueno Yolanda, es que me imagino la cara de esta mujer y al caballero melindroso. XDD
Qué buen humor, me encantó
Un abrazo
Betty
Eloisa, Betty; gracias a las dos por disfrutar y ver este poema… un abrazo.