Paisajes. Por Juan A Galisteo (Galeote)

El campo,
su verdor incomparable
predomina,
sus abetos y sus árboles
tranquilos,
se deslizan bajo un viento
que suspira,
con voz ronca e interminable
en el camino.
Un río, va fluyendo
inconfesable,
y en su caudal, cayendo
a su lecho de mar.
Trinos dulces
escuchan mis oídos,
son ruiseñores,
que perseguidos
por sus amores,
volando van.
El sol,
culmina en el horizonte
como un fantasma maldito,
con sus rayos, predomina
sus dominios,
surcando mares y montes.
Y el cielo azul,
que se pierde
en el lejano infinito,
nos cubre bajo su manto,
mientras tanto,
todo sigue igual.
El campo,
su verdor incomparable
predomina,
sus abetos y sus árboles
tranquilos,
se deslizan bajo un viento
que suspira,
con voz ronca e interminable
en el camino.

Juan A Galisteo (Galeote)
del libro Café Boulevard

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