Perro muerto en la ruta
Un perro quizás huyendo o regresando al hogar
es aplastado por un auto,
carne agitada, sufrir hacia la muerte.
De la vida al olvido.
Algún poeta encuentra pequeños detalles
en la rutina y hace belleza,
hurgando paleontológicamente en el hábito.
La carne se desarma con las ruedas,
desintegrada en sangre, basura y polvo;
no hay poesía en eso.
El poeta de la monotonía se quiebra.
La muerte se agiliza en la ruta,
el poeta se enferma de sensibilidad.
El perro estaba abandonado;
el poeta saborea el abandono
y escribe
«Quizás todos estemos abandonados».
Ramitzen
Es mucho lo que se esconde tras ese perro destripado.
Buen poema, especialmente para quienes se sienten abandonados.
Un abrazo.
Gracias Elena. el poeta se enferma de sensibilidad.