No tenía esperanza de encontrarte
entre mi soledad,
pero sentí tus labios
esbozando un asomo de sonrisa,
y descubrí tus ojos en los míos
y en mi interior sonaron,
una tras otra, todas las alarmas.
No esperaba encontrarte
con las manos tan llenas de ternura,
hablándome en silencio,
clavándote en mi piel como una astilla,
dibujando en mi alma
sueños que ni siquiera podía imaginar.
No esperaba encontrarte y, sin embargo,
llegaste simplemente vestida de persona
sin música, sin fuegos,
tímida como el vuelo de una hoja,
como la luz que empapa el calendario.
No esperaba, de pronto,
llenar mis pensamientos con los pétalos
suaves de tus palabras.
Juan Ballester
Los pétalos suaves de la poesía de Juan nos siguen rozando los oídos y el corazón. Esa suerte tenemos, haberlo conocido y escuchado.
Muchos besos a todos.