Ocurre eso de que de pronto, todas esas palabras que tienes bajo la lengua, llenan tu boca.
Y ya no hay remedio.
Y tú lo sabes.
Un segundo después de saborear el ácido de sus letras y como un volcán, comienzas a escupirlas y a inundar, con ellas, las paredes que te rodean…
Esto es lo que ha pasado hoy, en este lunes de un mar que aún está en mi piel, porque la que aquí os teclea, tiene aún sal en las pestañas de nadar como un pez.
Os dejo el poema y si a alguno le sirve, que me lo robe. Igual le deja la boca seca y limpia de palabras. A veces, es la mejor terapia para el alma.
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Luz arriba,
lengua,
nervios,
pis.
Boca blanca
pelo,
grito,
gris.
Vete fuera,
cierra,
abre,
la puerta
que se
agrieta
en mí.
Ataca profundo,
miente,
olvida,
escupe
el sexo
vil.
Pienso en negro,
dudas,
mentiras,
verdades sucias,
pero no puedo
vivir
sin
ti.
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Yolanda Sáenz de Tejada
Colaboradora de esta Web en la sección
«Tacones de Azucar»
Blog de la autora