Qué ignorante yo, que me dejo amasar. Por Yolanda Sáenz de Tejada

 Qué ignorante yo, que me dejo amasar

 

Te amé

con la boca

descalza y

el pecho

erizado;

con los ojos

férvidos y

con más dedos

de los que tengo.

Te avisé,

también,

que yo no amo

como las damas,

sino como

las panteras

(animal solitario

que sólo se une

a la manada

en la época de celo).

 

Pero tú,

cordero

desquiciado,

te ofreciste

a mi sacrificio

y te dejaste

despedazar.

 

Y ahora tengo

tu piel

entre mis dedos y

tus ojos

clamando

que no te abandone;

que pueble

esta casa nueva

que has construido

para mí

(y esta cama,

y estas tardes en tu espalda,

y las conversaciones

infinitas

entre tus piernas

y mi lengua,

o al revés ).

 

Y

lo peor,

lo peor y

lo peor,

es me estoy

volviendo

humana y

temo preferir

tu pecho a

mi árbol.

Yolanda Sáenz de Tejada

 

Tacones de Azucar - Yolanda Saénz de TejadaYolanda Sáenz de Tejada
Colaboradora de esta Web en la sección
«Tacones de Azúcar»

Blog de la autora

 

 

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