Siempre que escribo un poema. Por Puri Teruel Robledillo

 

Siempre que escribo un poema,
me digo así, como advirtiéndome:
no te expongas tanto
por esta vez,
no hagas un desnudo integral.
Sé cómo todos esos que escriben
a un florero, a un amanecer
en la sabana africana,
o a ese amor tan romántico que dicen que ¿tienen?

Guárdate las espinas debajo de la lengua y cierra
la boca.

Que nadie note que andas con la casa desordenada,
la mesa sin poner,
y la ropa fuera del armario.
Que nadie sepa que hay días que
te rompes en mil pedazos
mientras suena una hermosa melodía y
todos se mueven al compás y entre algodones.

Que nadie logre enterarse de que a veces eres débil,
y que la tristeza baila la danza del vientre
entre los dedos de tus pies
dejándotelos descarnados.

Que todo te pesa tanto que te impide
caminar recto hacia esa meta tan lejana.

Que nadie se entere,
por Dios.

Puri Teruel Robledillo

 

Puri Teruel Robledillo

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