Soneto del amor sutil
Yo quisiera esta anoche ser el gran inocente
que te adora al mirarte, que se contenta en eso,
y que acaso no atina ni a la herida del beso
en la blanca mejilla ni en la discreta frente.
Sería capaz entonces de asirme blandamente
a tu profundo sueño y evitando el exceso
dormitar a tu lado como ángel inconsciente
que se aquieta en silencio… obra del embeleso.
Y así con ese alarde de ternura y ‘dolcezza’
recostar en mi hombro tu inclinada cabeza
como una flor se cierra cuando muere el verano.
Juro que en esta noche si a mi vera estuvieras
fatalmente desnuda y entregada te vieras
solamente quisiera yo tocarte la mano.
Marcelo Galliano