Te convertirás en colilla
Compré esa pitillera
tan antigua
y tan hermosa
para ti
en un mercadillo
de Londres.
Te hubiera
comprado
todas las verdades
del mundo.
Imaginé que era
de un señor elegante
y que tú la entenderías
(esa manía que tenemos
de empeñarnos
en sueños baratos).
Te amé enfermiza,
celosa y demente.
Nadie debería
amar así
porque, luego,
lo que has callado
pesa y
se vulcaniza;
te revienta la lava
y te incendia el pelo
(del corazón
no hablaremos
en este poema).
Pequé mortalmente
de querer
que tu amor
fuera como el mío.
En resumen,
que murieras
por mí.
Ahora,
que por fin
me siento
virgen
y viva;
con palabras
nuevas,
es el momento
de abandonarte.
Yolanda Sáenz de Tejada
Colaboradora de esta web en la sección
«Tacones de Azúcar»
Blog de la autora