Tiró su corazón por la ventana
Tiró su corazón por la ventana
después cenó y se quedó dormido,
sin remordimientos.
Al día siguiente
salió a buscarlo;
estaba allí, sobre el asfalto
roto de dolor y de frio.
Lo tomó entre sus manos,
las mismas que lo arrojaron al vacío.
Tembloroso
se acurrucó entre ellas
pensando en lo que
vendría después.
Tú me has obligado…
te quiero tanto…
yo no quería…
perdóname…
no lo haré más…
si vieras como sufro…
Bebió su sangre y
con su saliva
lo volvió a cubrir
con cadenas,
pesadas y frias
como sus manos,
como sus ojos,
como su boca,
como sus palabras,
las de todos los años
las de todos los días
desde que ella lo conoció.
«Para todas las mujeres maltratadas, para que se armen de valor y los manden al infierno»