Tus dedos
son mis
ojos.
Si con ellos
(con los dedos)
me recoges
el pelo
en dos trenzas
de ternura,
yo
veo el
futuro
¬—puedo,
incluso,
hasta adivinarlo—.
Si tus
dedos me perforan
los labios,
buscando
la saliva que
me rompe
en la orilla
de la boca,
yo veo a
Dios y
al demonio
—puedo,
incluso,
hasta ver el fuego—.
Y si,
(bendito prodigio)
tus dedos me
abren como
a un melocotón
recién
caído
y te pierdes en
las olas
de mi cáscara
y de mi vientre,
milagrosamente,
dejo
de
ver.
Yolanda Sáenz de Tejada
Colaboradora de esta Web en la sección
«Tacones de Azucar»
Blog de la autora
si al verme entrar donde tu estas
no apartas la mirada
y observando mis ojos
me escuchas dos
minutos, que para mi serán eternos
sere tuyo para siempre.
Y si al escuchar mis palabras
sin escandalizarte
y sin dar media vuelta y marcharte
seremos siempre dos
JOSE CARLOS: bueno.. esto que has escrito es precioso, muchas gracias por incluirlo en tu comentario. Un honor.