Ya nada será igual
Yo sé que alguna vez volveré a verte,
te reconoceré por la sonrisa,
triste caminaré, bruno y sin prisa
-conservaré la pena de perderte-,
Tú pasarás hermosamente antigua
más yo seré terriblemente viejo;
de un falso juego yo: cualquier trebejo;
y tú la dama de una vida ambigua.
Tus arrugas del rostro serán bellas;
cada marca en mi cara será espanto,
y mis ojos –más miopes cada tanto-
verán los tuyos siempre como estrellas.
Tu pelo cano: blanca plata pura;
lo que me quede a mí: la arena vana;
tu voz gastada: brisa en la ventana;
mis grises años: tiempo sin ternura.
Yo te veré: siempre serás preciosa.
Tú me verás: siempre seré tu infierno.
Tal vez -quién dice- el frío del invierno
haya quemado tu postrera rosa
y llegues a pensar: ‘¡todavía vive,
sigue tallando verso en primavera!”
Acaso digas tú por vez primera:
“valioso el corazón que se desvive”
Y yo como un eterno enamorado
te tomaré las manos sin alarde,
susurraré en tu oído : “ya es muy tarde”,
me marcharé, pero sin ti a mi lado.
Marcelo Galliano
Argentina