Giovanni Verga, La vida en el campo
La distancia entre el corazón y la muerte se acorta de forma trágica a través de una serie de fuerzas ocultas que nos obligan a maldecir nuestra aparente mala suerte o a ese destino que nunca querríamos para nosotros. Entre pasiones y malentendidos marchan los protagonistas de La vida en el campo de Giovanni Verga. Entre pasiones y enredos entrelazados bajo las turbulencias del Sirocco procedente de África. Un viento que sin ser mencionada está presente los personajes de esta serie de cuentos en los que el escritor italiano da luz a los pobres. Algo que más tarde hará el cine del neorrealismo italiano o el propio Luchino Visconti. Realidad y fanatismo unidos de la mágica mano del destino, porque quizá una de las mayores tragedias de la vida sea desafiar a aquellos elementos que rigen nuestros sentidos, ya sean estos plácidos o funestos. En ese contrapunto en el que siempre tiene cabida una pequeña dosis fantasía Sicilia y sus gentes confluyen en unas ocasiones entre lo realmente bello y majestuoso, y entre los ritos y los chismes en otras. Costumbres que a día de hoy todavía se muestran muchas veces en nuestras vidas y que aún nos sirven de amuleto a la hora de hacer frente a las pasiones más ocultas, los contratiempos o las desgracias. En todo ello siempre hay un tercero, alguien que mueve los hilos por nosotros hasta conseguir que seamos víctimas de la desesperación sin llegar nunca a ser conscientes del arraigo que en nosotros tienen nuestras taras y defectos. En un entorno donde la naturaleza embriagadora de la Sicilia de finales del diecinueve, Giovanni Verga, como máximo representante de un naturalismo arraigado en las más profundas raíces populares y en los desengaños del corazón, nos muestra con suma eficacia los diferentes cauces por los que el ser humano se conduce a lo largo de su vida. Este repaso, a algunos de los pecados capitales que nos acechan en el día a día, nos sirve para profundidad en la esencia de los sres humanos. Atormentados por sus pasiones en unas ocasiones, y esperanzados con sus fantasía en otras. El difícil equilibrio entre ambas, será el elemento básico de unas narraciones que nos aproximan a esos olvidados por el mundo que también necesitan vivir y experimentar. Vivir y experimentar como el resto, pues su cualidad principal es la de ser seres racionales que necesitan de la posibilidad de cambio. Un cambio hacia la felicidad que, sin embargo, el escritor italiano no les concede, pues éstos son aplastados por las fuerzas vivas de los pueblos en los que viven y por la estática estructura social en la que se desenvuelven. Hay mucha luz y montañas y campo abierto en estos relatos. Referencias geográficas que nos muestran una Sicilia idílica en cuanto a su fisonomía, pero que se retuerce en cuanto a sus costumbres. No en vano, La vida en el campo está protagonizada en estos relatos por la fuerzas ocultas que gobiernan a la pobreza.
Ángel Silvelo Gabriel.