«La defensa de Madrid». Por Maite Diloy

«—El gobierno se ha ido —les dice Miaja—. Madrid está a merced del enemigo. Ha llegado el momento de ser hombres. ¿Me entienden bien? Hay que ser hombres. ¡Machos!»

La defensa de Madrid es una recopilación de 16 artículos que Manuel Chaves Nogales publicó en Méjico en 1938. Victoria León los compiló y publicó en 2011. Es un libro que, como señala Antonio Muñoz Molina en su prólogo, quema entre las manos. Narrado desde el republicanismo de Chaves Nogales, señala con un acierto impresionante los peligros que supone el radicalismo político que anidó en Europa en los años treinta. Nuestro país como campo de batalla, de experimentación.

La defensa de Madrid destaca por la pasión con la que Manuel Chaves Nogales defiende al general Miaja, que se dibuja como un hombre íntegro, con arrojo y pasión por la tarea que le han encomendado. Miaja se crece como un león ante la adversidad. Leyendo a Chaves Nogales uno siempre querría un Miaja dirigiendo cualquier operación militar. Siempre querría un  Miaja al lado en cualquier eventualidad. Alguien con decisión, alguien con las ideas claras, alguien que arriesga incluso la propia vida por el bien de la comunidad. La generosidad del general Miaja salvó a Madrid de ser conquistado la noche que el Gobierno huyó a Valencia. Pero, además del retrato de Miaja en la defensa de Madrid, nos encontramos con los madrileños que sufrieron el asedio, con la chanza, con la crónica del periodista que narra la vida en su desarrollo anormal bajo las bombas que lanzan los aviones, pero vida al fin y al cabo. Los madrileños, pese a los bombardeos, abrían oficinas y realizaban sus trabajos, tomaban sus cafés, sus chocolates con churros. Y los apelativos con que llamaban a esos aviones, y los metros llenos para evitar las muertes en el bombardeo nocturno. He imaginado perfectamente ese día a día. Manuel Chaves Nogales lo describe a la perfección.

Me parece un cronista excelente, da gusto leerle. Es una delicia cómo escribe, es una delicia lo que escribe. Esa forma de ver el mundo sin maniqueos, señalando perfectamente los errores y desmanes de la República, el salvajismo del lado rebelde. Un hombre con las ideas claras, uno de los pocos republicanos españoles que lo vio todo y lo contó todo. Es una gozada leerlo. Es una maravilla. No me canso nunca de leerle.

Maite Diloy (Brisne)
Colaboradora de Canal Literatura en la sección «Brisne entre libros»
Blog de la autora

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