«RELATOS DE TRAB EL BIDÁN», de Mariano Sanz Navarro. Por Antonio V. Frey Sánchez

 

Sólo hay dos especies que se divierten en el desierto: los dioses y los locos; y tú no eres un dios. Esta frase, que procede de una escena de la mítica película Lawrence de Arabia, resume perfectamente el tipo de personas que saben hacer de la fascinante desolación del páramo desértico un placer vital. Por eso el árabe que le gritaba aquello al héroe inglés acertaba a calificarlo como loco, sin atinar a referirse a la locura como manifestación de genialidad. Encontrar una forma de realización ante la aridez, y saber sacarle partido literario en los detalles de sus gentes o sus bestias, es virtud de quienes gozan del patrimonio de la genialidad como tesoro intelectual. Y Mariano Sanz Navarro, como recurrente visitante del Sahara occidental, lo hace en este breve y agradable librito que reúne nueve narraciones cortas sobre diversos detalles de sus primeras estancias allí.

Relatos de Trab el Bidán

Los relatos son tan breves que si quiera reseñarlos implicaría descubrirlos. Así que, como he señalado arriba, confórmese el lector con saber que hallará en ellos viajes iniciáticos («El Tiris», «Una excursión a Mauritania»); animalicos del Señor («Las cucarachas», “El «borriquillo», «El lagarto»); cuentos («El destino», «El bicho») y las glorias y miserias de aquellas tierras («Chej el Miami», «Las garigolas»), episodios descritos desde la experiencia de haber sido testigo de los gozos y las sombras de sus propias historias; todas ellas, dicho sea de paso, con el humor y la sensibilidad a que Mariano Sanz Navarro nos tiene acostumbrados en sus escritos. Por ello, su contenido se hace más precioso, porque transporta al lector momentáneamente a la compleja realidad del Sahara Occidental; la región ultramarina abandonada a su suerte en los años setenta. Relatos de Trab el Bidán es un breve canto a aquella hermosa tierra; porque hermosa es en su desolación, en su coyuntural fealdad, cuando no se conjuran océanos y vientos para regarla y convertirla en una verde y agradecida pradera que hace las delicias de sus habitantes, cuyos antepasados ayudaron a construir la historia de España en la Edad Media y fueron, durante una parte del siglo XX, tan españoles como nosotros.

En estos últimos años escribo sobre el Sahara Occidental como científico, y, en alguna ocasión, he tenido la suerte de visitarlo junto al autor. Por ello puedo decir que escribir ciencia o cantarle, como se hace en las breves líneas de este librito, es el mejor tributo que podemos hacer los españoles a aquel lugar. Es una suerte de redención que quizá sirva para hacer que su destino sea, de una vez por todas, justo y razonable. Pero, acostumbrados a las historias de valientes héroes a través de verdes prados y oscuros bosques, también es un llamamiento poético a descubrir la belleza en la intrahistoria –la historia del hombre común, incluso del antihéroe, y sus avatares– en la más recóndita y aparentemente estéril geografía de nuestro planeta; que no es poco.

Relatos de Trab el Bidán es un librito muy bien editado; de factura sencilla, amable y cómoda. Además de a su autor, hay que felicitar a la editorial Raspabook por el trabajo realizado. No quedarán defraudados si cada noche, antes de echarse a dormir, ojean unas cuentas páginas del libro, porque quizá, sin que se percaten, se hallarán transportados al crepúsculo del desierto, al pleno páramo donde sólo les acompañan sus recuerdos y el crepitar de la hoguera, y, cuando el sueño les venza entre relatos y cantos en hassanía, su dialecto arábigo, y cierren los ojos, podrán advertir fugazmente el espléndido manto de estrellas que envuelve su suave y primigenia noche. Háganse un favor y disfrútenlo.

 

Antonio V. Frey Sánchez

Relatos de Trab el Bidán está publicado por Editorial Raspabook, en Murcia, en 2015, y consta de 81 páginas.

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