POESÍA PARA EL ALMA

Sacerdotisa
Y tomaste mi mano aquel día gris, sosteniendo mi espíritu, cuando todo parecía denso y perdido.
Abrígaste mi alma con abrazos, incondicional y cierta, y en tu calma recuperé la fuerza de mis latidos.
Fuiste serena y apacible compañera, guía y cómplice de cariños luminosos y de mejores caminos.
Sacerdotisa en la honestidad de la sabiduría eterna, que solo entiende de senderos mágicos y divinos.
Mujer cercana y plena, amante en cada oscuridad, amiga en todos los espacios, ofreciendo claridad… Siempre conmigo.
Francisco Gallardo Perogil.
Poeta. Web del autor
Fregenal de la Sierra. Octubre 2025
