SEVICIA
Ellas no dejaron de amar,
les mataron el Amor.
Ellas son esas
Las que caminan
sobre restos vidriosos
de sueños rotos.
Las que llevan
rumores de golondrinas,
y muchas primaveras muertas
crucificadas en el pecho.
No, ellas no dejaron de amar, no,
les mataron el Amor.
Son esas sin voz,
enmudecidas por el miedo,
ocultan avergonzadas
el puño infame del traidor.
Las que se maquillan
con esmero el púrpura violador
de la cara y el Alma.
Maestras del silencio y de la culpa.
Las que viven cada día
asiendo arena entre las manos.
A todas esas no se les acabó el Amor.
No Señor… iSe lo mataron!
Amelia Chaves Macias.
©Derechos de Autor reserervados
Crudo,dramático…pero real,la muerte de los sueños, de las ilusiones por quienes de creen con derecho a todo…. fantástico Amelia,crudo e intenso…me ha encantado…ojalá nunca se tuviese que escribir nada así..
Muchas gracias por tu comentario. Así es Iñaki, ojalá no existiera una sola historia violenta sobre la que escribir. Un abrazo grande.
Se me apretó el corazón y lloré, lloré porque creí en el amor .
Hola Walda, para alguien como yo que cree en lo que escribe, tu comentario es un honor. Siento tus lágrimas y seguro que acabarán siendo sanaDoras no lo dudes. Has amado, en ello no hay culpa, y estoy segura que remontaras el vuelo. Segurisima.
Recibe mi abrazo y mi solidaridad. Este poema es tuyo, esta escrito para ti y almas como la tuya.
Realmente dramático;…qué vergonzosa realidad. Hasta cuando?? .
Alberri ojalá se tratase de tiempo, ojalá. Da espanto pensar que la violencia de este tipo a día de hoy siga presente.
Gracias por tu comentario. Saludos.
Bellísimo poema sobre una de las fealdades más insoportables y, al tiempo evitable de nuestra vida. Los horrores engalanados de terror matan el amor, la esperanza y la vida. Felicidades, querida y admirada Amelia. ❤️😍
Tan importante mi querida Mati la educacion y formación de la mujer lejos de los cánones y reglas amparados en la fórmula «patriarcal». Que las mujeres, todas las mujeres, entiendan y comprendan su esencia y naturaleza desde cero tolerancia a cualquier clase de menosprecio o violencia.
Hay que combatir esta lacra con formación, con solidaridad y determinación, desde todos los ámbitos, incluso desde una humilde poesía.
Te quiero y admiro mi filósofa del corazón. Un abrazo inmenso y gracias.