Una mujer despeinada. Anita Noire

despeinadas

 

Una mujer despeinada.

 

  La vida se complica sola, requiere de flexibilidad y de un buen cabello. Pegar un brinco para saltar por encima de todo, dar una vuelta de tirabuzón y flotar en el vacío mientras los dedos se mantienen cruzados para caer de pie. La vida complicada alborota el pelo. Las mujeres despeinadas aceptan que los equilibrios y las acrobacias casan mal con la melena ordenada. La mujeres despeinadas se revuelven para transformarse en mujeres de mil tentáculos, de mil ojos que observan, en mujeres que piensan, que buscan y encuentran. Las mujeres despeinadas tienen todos los ojalá en lista para ir tachando cada vez que les da la gana y a la gana se deja. Las mujeres despeinadas sienten la humedad relativa y siempre fijan un poco más allá con independencia de la presbicia. Las mujeres despeinadas buscan, entre la complicación, el soplo de la primavera, tiempo para desenredarse el pelo y seguir.

Seguimos.

 

Anita Noire

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