Oraciones al mar
Qué guardas, mar, tejido entre tus rocas;
qué sargazo de azul añil, qué viento;
qué infinitud acoges, qué ternura
(o qué dolor a veces, qué distancia).
Me recojo a tus pies, sobre la arena,
sobre la duna efímera a escribirte
un ruego, una caricia, una plegaria,
un mandamiento en flor que te sosiegue.
De agua y sal estás hecho, y yo de carne,
y de lágrima y lodo y de ternura.
Te pido tu perdón sobre los hombres:
que tu faz sea el camino, y no la ausencia.
Eres la plenitud: danos tu ejemplo.
No abatas con tu ola al que te surca,
al refugiado, al triste, al habitante
de este mundo sin paz. Danos tu mano.
Tiende tu piel de espuma, de alga y brisa;
sé puente al peregrino y sé refugio.
Si eres mar y eres paz nadie sabría
llevarle la contraria al universo.
Elena Marqués
Imagen:MLN
Hay que ser muy bueno para escribir con la claridad del agua tanta belleza de pensamiento. Reflejar el mar como algo pleno, inmenso y bello.Y tierno. Y pedirle (…) «perdón sobre los hombres:/ que tu faz sea el camino, y no la ausencia». Darle la vuelta a todo y pedirle lo imposible para que pueda cambiar todo
Hay que ser muy grande para escribir algo tan bello y tan hondo. Elena, inmensa, como el mar. Un beso.
Te he visto, Elena, arrodillada en esa duna efímera, rezándole al mar, como se le reza a un dios, poderoso en su belleza, que inspira temor y amor a un mismo tiempo, ofreciéndole a él (y a nosotros) el regalo de tu ternura, de tu sensibilidad, de tu poderosa palabra hecha caricia. Gracias, Elena, por hacernos sentir la paz y la plenitud.¡Que el mar te bendiga!
Leo en tus versos la tristeza por quienes pierden su vida –(o qué dolor a veces, qué distancia)– buscando una más digna. Ojala, Elena, el espejo del mar devuelva tu oración a quienes manejan los recursos que puedan evitar tanta injusticia, tanto triste y tanto refugiado.
Necesario y hermoso, Elena. Gracias.
El hombre muere en la mar por habitar sus sueños.
Qué bien te escribes Elena y bien nos llega.
Elena, eres oceánica en sentimiento. Enorme Elena, enorme…
Bella plegaria. Un abrazo, Elena.
Creo que a todos los que nos gusta escribir (sobre todo a las féminas poetas 😉 ) sentimos una atracción especial por esta extensión verdiazul tan poderosa y anegada de pura alquimia emocional… Tus versos son tremendamente inspiradores.
Un abrazo de domingo.
Bellísimo. El azul, el color de la paz, del silencio, del descanso…
Mil besos.
Muchas gracias por vuestras palabras, amigos de lo azul y de las letras. Como dice Mar (igual para ella, con ese nombre, es algo irremediable), los poetas sentimos una atracción hipnótica por esa extensión inmensa de sal e inspiración. En mi caso es mucho más temor y reverencia que otra cosa. Es casi el único elemento de la Naturaleza que deifico de un modo inconsciente. Espero solo por eso tenerlo siempre de mi lado.
Muchos besos.
Hola, Elena: No tengo la suerte de ser poeta, como tú, me parece muy difícil, pero me gusta la prosa poética y las metáforas . Tu poema es muy hermoso, es como si un pescador, que pronto va a faenar, implorara al mar -porque cree que va a comenzar pronto una terrible tormenta- que se amanse, que no se encolerice, y para ello le dice las palabras más hermosas que conoce y con ello consigue transmitirle quietud, paz, buenas intenciones entre su lomo plateado y su espuma blanca. Muchas gracias por colgarlo. Un abrazo.
Bello poema Elena. Comparto ese deseo: que la vida no sea tan dura y su tránsito tan difícil para algunos. Los que tienen que enfrentarse a un mar de agua o de arena, de desesperanza o de hambre… de injusticia. No somos conscientes, pero todos estamos en la misma barca. Enhorabuena y un beso poetisa.
Esta plegaria al mar tenía que escribirla alguien como el mar, y así ha sido. Elena, es un poema bellísimo, tanto en su mensaje, como en su forma, como en el disparo al alma que supone para los que lo leemos, pues -al menos ese es mi caso- desde las primeras estrofas me he descubierto moviendo los labios mientras repetía para mí esa oración al mar, mejor dicho al Mar, así, con nombre propio, como un dios hecho naturaleza, que es el que nos cuida, nos sostiene, y a veces -ley de vida- abate con su ola al que le surca.
Amiga mía, maestra, compañera… maravilloso, como no podía ser menos.
Una oración para mis días frente al mar, allí donde me sincronizo con la vida más sencilla: el viento, la arena, las olas, el sol, el arcoiris, la luna y las estrellas.La noche, el grillo,el rumor y el silencio íntimo de ser a solas.
Y es que somos una versión diminuta del universo.
Precioso Elena, gracias por esta belleza.
Excelente, Elena¡ Me ha dado contestación el mar con el levante en la cara; pero la brisa no cuenta si mañana habrá mar gruesa o calma. Besos
Querida hija, solo se me ocurre al leer tú poema rezar la oración que se reza en todos los barcos de la Armada .
TU QUE DISPONES DE CIELO Y MAR
HACES LA CALMA, LA TEMPESTAD
TEN DE NOSOTROS SEÑOR PIEDAD
PIEDAD SEÑOR, SEÑOR PIEDAD.
Un beso.