Alan C. Kay, nacido el 17 de mayo de 1940, es un informático estadounidense, conocido por su trabajos pioneros en laprogramación orientada a objetos y el diseño de sistemas de interfaz gráfica de usuario (GUI, en inglés). Actualmente es profesor adjunto de Informática en la Universidad de California en Los Ángeles, profesor visitante en la Universidad de Kyoto, y profesor adjunto en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). También es presidente y fundador del Viewpoints Research Institute.
Discurso con motivo de la investidura como Dr. Honoris Causa de la Universidad de Murcia (29-01-2010)
Excmo. y Magnífico Sr. Rector,
Miembros de la Comunidad Universitaria,
Señoras y señores
El mundo sería mejor si todo el mundo tuviera acceso a las mejores ideas y asistencia para aprenderlas. En los años 60 estos eran dos de los principales objetivos de la informática personal e internet. Gran parte del primero va bien encaminado pero la ayuda integral para encontrar y aprender las más importantes ideas aún no forma parte de la informática personal.
Usemos una analogía impactante sobre como el poder de la escritura, especialmente mediante la prensa escrita, fue capaz de superar fue capaz de superar lo podría conseguirse sólo mediante los mejores profesores humanos.
Este poder va mucho más allá de la imitación parcial del discurso oral para dar acceso a los pensamientos de miles de mentes grandiosas. Convertirse en un lector avezado conlleva beneficiosas e importantes sorpresas: las sociedades alfabetizadas no son «sociedades orales con sistemas de escritura» sino que sociedades que piensan de un modo cualitativamente diferente de las sociedades orales. En otras palabras, la escritura tan sólo un registro del discurso oral sino aprender y producir lectura y escritura provoca cambios grandes en el propio proceso de pensamiento. Este nuevo aprendizaje no sobreviene automáticamente cuando adquirimos una capacidad innata como es el lenguaje hablado. Leer y escribir no se construyen universalmente en nuestros genes sino que tuvieron que ser inventados, es más difícil que aprender una lengua hablada y requiere diferentes procesos para aprenderlos.
No sorprende que conseguir que lectura y escritura habituales entren en una cultura de la que carecen sea complicado de organizar. No hay adultos con suficiente fluidez y conocimientos para ayudar a los niños y esto lleva a que en la siguiente generación siga habiendo pocos adultos instruidos y así sucesivamente.
Este es el caso en otros inventos poderosos como la ciencia moderna y las matemáticas, ingeniería y tecnología, gobernanza democrática representativa, medicina y sanidad, etc. Sin embargo, si algo como la escritura y la lectura comprensivas fuera habitual en una sociedad, podemos explicar muchas de las nuevas ideas directamente a los lectores con menos necesidad de adultos con conocimientos profundos como intermediarios.
Esto es lo que pasó de modo paulatino en Europa y luego en América tras la invención de la imprenta. Los libros comenzaron a sobrepasar a los profesores y entonces, se convirtieron en profesores. Empezamos a pensar diferente y llegaron rápidamente los más grandes cambios en la Historia de la Humanidad.
Cuando Andrew Carnegie fundó miles de bibliotecas públicas en Estados Unidos hace más de cien años, se planearon edificios para una variedad de bibliotecas siempre incluyendo dos «salas especiales» una para niños y otra donde se enseñara a leer a aquellos que no tenían la destreza suficiente para poder disfrutar de las riquezas impresas en el resto del edificio. Parte de esta rnaravillosa historia es que Carnegie fue un niño trabajador inmigrante cuyo jefe abrió las puertas de su biblioteca en casa a los trabajadores que quisieran leer. Esto transformó la vida y el futuro de Carnegie. Era consciente de que fue una suerte que hubiera aprendido a leer antes de emigrar a los Estados Unidos y de que otros no serían tan afortunados. De modo que se aseguró de que las bibliotecas que fundó con inmensa riqueza, siempre incluyeran la enseñanza de la lectura además de los libros.
La analogía con las Bibliotecas Carnegie apareció en los 60 como una de las muchas metas de la informática personal y del trabajo en red global: tener el equivalente tanto de «los libros» como del «enseñar a leer».Hoy aún podemos ver algo parecido a los libros de una biblioteca Carnegie pero no la actualización de «una sala donde se aprende a leer».Pero,¿qué pasaría si se pudieran crear esas «salas de aprendizaje» como parte de la tecnología del futuro. Aunque gran parte de la reforma educativa es muy difícil, ahora es factible inventar, crear y distribuir una nueva clase de «Libro» que además de poder hacer 1o que los libros vienen haciendo, pueda también incluir» profesores y tutores» útiles para el contenido y así, incluso ofrecer un contenido que va más allá del libro.
Esto es importante porque debemos recordar que nadie quería la reforma de la educación en el siglo XV (y menos aún reformar la sociedad).Pero la llegada de la prensa tuvo ese efecto con dos maldiciones. La primera, en el siglo XVI cuando la Reforma establecía quiénes podían y sabían pensar directamente y leer y escribir sobre ello. Y la mayor en los siglos XVII y XVII en los que la naturaleza del pensamiento cambió al inventarse la ciencia real por primera vez y se adoptaron fuertes diseños experimentales de democracias representativas.
Una manera de ver esto es que es difícil cambiar a la gente intentando convencerlos pero cuando el ambiente cambia, los esfuerzos por adaptar nuestro interior humano al ambiente nos provocan que interioricemos la naturaleza del ambiente. Marshall Mcluhan 1o expresó bien. Decía: «Primero damos forma a las herramientas y entonces, ellas se revuelven para reformarnos a nosotros». Esto puede ser para bien o para mal (consideren 1o que supone interiorizar hoy en día la televisión comparado con la interiorización de la imprenta).
Los libros de la imprenta podían ser multiplicados mucho más rápido que profesores humanos con nuevas ideas, y mucha de la sabiduría actual que antes enseñaban profesores podía ahora ser aprendida de un modo más directo por parte de los propios alumnos. El trabajo de los profesores pasó desde enseñar hacia cómo aprender por uno mismo y a ofrecer sentidos de contexto y límites. Estos ideales, en parte, emanaron del objetivo de Martín Lutero al hacer una Biblia vernácula que estuviera en toda mesa en Alemania para que cada uno leyera por sí mismo sus ideas. (Sin embargo, a muchos profesores tanto seglares como religiosos les gustaba la idea de ser intermediarios en el conocimiento y todavía se libra la batalla entre la Edad Media y hoy.)
Al buscar buenas formas de enseñar a leer y otras ideas importantes mediante la tecnología, podemos ver por qué podría ser difícil llegar a que los ordenadores desempeñen el papel de los profesores, especialmente cuando los alumnos son niños. Algunos de estos papeles son motivacionales en el sentido de «otros lo hacen, yo también quiero hacerlo» y en el desagradar a otros, respondiendo al ánimo y otros. Pero sabemos que seres no humanos pueden asumir algunos de esos roles – por ejemplo marionetas, dibujos animados, avatares en video juegos, etc.
La dificultad mayor estriba en dar diálogo auténtico cuando se necesita – que el ordenador fuera capaz no sólo de detectar «errores» sino como un buen profesor humano, de utilizar esos errores y el historial de un chico en concreto para encontrar las maneras más apropiadas de aconsejarle paciente y amablemente. En otras palabras, para el aprendizaje más significativo, no es corregir errores lo que constituye una buena enseñanza para la mayoría de los sujetos sino llevar al que aprende a ver lo que está mal y como mejorarlo. Y como los buenos profesores, queremos provocar en los alumnos un cierto sentido de interés por lo que está por llegar.
Lo vital al pensar en esto es no comparar esta propuesta con buenos profesores sino pensar en 1o que han significado para nosotros los buenos libros, con y sin esos grandes profesores. Las respuestas son «mucho» y «bastante como para cambiar el mundo más allá que sólo con buenos Profesores». Los nuevos «buenos libros» que estamos proponiendo y que pueden ayudarnos a aprender a entenderlos sin necesidad de ayuda humana, tendrán un enorme efecto positivo, análogo al de la imprenta pero en sitios donde los libros impresos serían poco efectivos.
La tecnología que lo sustenta es ahora fácil y asequible. Por menos de 100 dólares se pueden hacer ordenadores personales en red muy potentes y la llegada de las tecnologías sin silicio ya existentes -tales como nuevas clases de polímeros para circuitos y pantallas – promete revolucionar el diseño, la manufactura y costes por 10.
Y, si pudiéramos inventarlo, el software de nuestra «interfaz de futuro para el usuario» puede ser replicada prácticamente gratis con una descarga en internet para hacer un mundo en el que todos tuvieran su propia Biblioteca Carnegie llena de profesores bastante buenos como para poder iniciarse ellos mismos en la mayoría de los temas. Merece la pena reflejar aquí que incluso con el coste de 100 dólares por ordenador y usando las infraestructuras sin cables ya instaladas, para dar servicio a seis mil millones de personas serían 600.000 millones de dólares (el gasto de Estados Unidos en Irak en unos 5 años, o un poco menos que el aval de millones de millones de dólares a las instituciones financieras de Estados Unidos.)
Por supuesto, el asunto es más complejo que hacer y distribuir una clase de tecnología y un software tutorial a bajo precio. por ejemplo, se pueden fabricar vacunas para todos que salvan vidas por un dólar pero lo complicado es distribuirlas en muchas partes del mundo donde se necesitan. El punto central es que las consideraciones financieras tienen más que ver con lo que la gente valora que con la auténtica magnitud de su coste.
Con respecto a las necesidades del mundo entero, podemos observar que a pesar de que la idea del «tutor en un libro» no resolverá cualquier problema educativo, podría ser más poderoso que la revolución de la imprenta porque nos ofrece un modo de medir mejor de las necesidades de tutoría, orientación y enseñanza que es casi imposible producir intentando generar suficientes profesores humanos.
Quizás no sorprenda que para áreas de contenido como las matemáticas modernas, ciencia, tecnología e ingeniería, tales «nuevos libros» tendrán tanto impacto positivo en zonas desarrolladas como Europa y Estados Unidos como en los países en desarrollo. Esto sucede Porque el mundo entero tiene demasiado pocos profesores instruidos en estas materias – especialmente en los niveles de primaria- como Para tener un efecto general positivo en los niños. En muchos casos, los adultos carecen de tantas nuevas perspectivas que sería mejor que no intentaran ayudar en absoluto «¡Los facilitadores necesitan ayuda! » En todos sitios’
Ahora vayamos hacia el tema auténtico de hacer «libros que puedan guiar». Primero, miremos a temas que solían ser enseñados Por humanos pero que son ahora tan bien entendidos que la mayoría de la enseñanza se realiza con ordenador. un ejemplo muy sencillo sería el Código Morse. se sabe bien cómo enseñarlo y todo este conocimiento se puede llevar a cabo igual de bien o mejor con ordenador’
Una zona intermedia es la lectura, parte de aprender a tocar los instrumentos musicales. Desde hace un tiempo ha habido buenos ordenadores «oyentes» que pueden comparar con flexibilidad lo que los humanos tocan de las partituras que intentan interpretar, notar varias clases de discrepancias y dar ejemplos y consejos. Con una forma de arte como la música, podemos imaginar que hay serias limitaciones de hasta dónde esto puede llegar Pero las habilidades actuales superan la plana interpretación metronómica de variadas formas de expresión real’
Podemos ver que la dificultad de conseguir un ambiente educativo infalible tiene una fuerte conexión con el nivel de nuestro entendimiento concreto de una materia, cómo esa materia se conecta con las otras materias que usamos como andamiaje y perspectivas en nuestro conocimiento y qué tipos de sensaciones e interpretación de las acciones de los alumnos se puede pedir al ordenador que haga.
En una línea parecida al código Morse y ejemplos musicales más difíciles, muchos entornos de buena tutoría resultan de una combinación de alumnos que estudian para aprender una materia y de tomar notas de todas rutas, especialmente incluyendo los errores y luego, diseñando una cuidada interfaz de usuario que pueda detectar que camino toma un alumno en particular, relacionarlo con la historia de este alumno y entonces dar el consejo adecuado (incluyendo ofrecerle volver unos pasos atrás y retomar otra vía). Varias excelentes versiones de esto se han hecho en el pasado (por ejemplo, John Seely Brown y Richard Burton al enseñar Aritmética de Tercer curso hace más de 35 años).
Esto nos devuelve a un punto importante. Una interfaz de usuario no tiene que ser inteligente para que lo parezca. Pero sí que ha de ser clara y cubrir diferentes situaciones. En muchos casos, sobre todo en áreas relevantes para crear ambientes educativos, esta comprensión puede provenir de miles de patrones de reacciones recogidas de la experiencia de decenas de miles de alumnos.
Un ejemplo más profundo del ordenador tutor para niños es «Ada yGrace» , dos guías virtuales humanas en el Museo de Ciencia de Boston (diseñado por el Instituto de Tecnologías Creativas en California Sur). Éstas parecen dos jóvenes señoritas con las personalidades de Ada Lovelace y Grace Hopper, dos de las más influyentes científicas informáticas de la Historia. Ellas entienden bien el habla de los niños como para distinguir la mayoría de las preguntas o hacer otra pregunta y saben mucho sobre la exposición del museo y sobre cada una de ellas – de lo más divertido es como bromean entre ellas y con los niños usando los temas de sus preguntas.
Algo de la tierra de nadie entre aprendiz y profesor y aprendiz e interacciones con libros, sobre todo en niños, puede salvarse con el diseño de personajes antropomórficos. Excepto en casos concretos – como un museo- presentar a un humano virtual lleva a expectativas irreales por parte del alumno de lo que el avatar puede hacer y en general, es mucho mejor el diseño de interfaz de usuario que el dibujo de un personaje animal o extraño cuya gestualidad nos dé claves sobre como interactuar con ellos, o incluso omitir del todo lo visual.
Un nivel superior de tutoría es tomar un tema que el ordenador pueda «entender» más allá de nivel de acción refleja. Por ejemplo, el Tutor de Geometría que se hizo usando los métodos ACT-R de John Anderson y sus colegas en Carnegie-Mellon, tiene un muy buen modelo de geometría, razonamiento geométrico, prueba geométrica, etc. y buenos modelos sobre como ayudar a los alumnos a entender, «ver» y construir pruebas geométricas. Lo triste es que la versión comercial de este software (a través de la compañía Carnegie Learning) no usa el excelente tutor «cómo comprobar» ¡porque los institutos norteamericanos que compran este software han desistido de que los estudiantes aprendan a comprobar en el marco de la geometría!
Como matemático, esto me pone enfermo. Pero es un buen ejemplo de las luchas en (al menos) el sistema educativo en los Estados Unidos. Quizás aún mejor ejemplo es por qué los «libros inteligentes» podrían ayudar a los alumnos y a los facilitadores a mantener lo suficientemente elevadas las nociones de materias importantes para que sean de interés.
El tema novedoso más notable para el conocimiento universal es la ciencia, y especialmente, la perspectiva científica: sus diferentes puntos de vista sobre el conocimiento y el método han hecho «lo invisible más visible» por primera vez en nuestros 200.000 años en el planeta.
La ciencia trabaja reconociendo que nuestros cerebros se desarrollaron para un tipo de supervivencia y no para cuestiones profundas sobre la naturaleza del universo. Nuestra creencia natural es que «el mundo es como parece» pero sólo hace unos cientos de años empezamos a descubrir mediante la ciencia que la mayoría de los conceptos que hemos tenido durante cientos de miles de años sobre nuestro universo y sobre nosotros, eran incorrectos.
El Talmud tiene un bonito verso: «Vemos las cosas Como nosotros Somos, no como ellas son» . Para aspirar a esto último, hemos encontrado maneras de librarnos de nuestros rápidos juicios, dogmas y frecuentes errores de percepción. Tenemos que recoger con cuidado pruebas del mundo y tratarlo con más significado que nuestras queridas creencias y opiniones.
La idea más influyente en la ciencia es que no es simplemente sobre estrellas y átomos sino sobre todas las teorías que intentamos inventar sobre nuestras situaciones, sobre todo, teorías sobre nosotros y nuestras relaciones con los demás. Necesitamos aprender a pensar mucho mejor sobre los aspectos sobre nosotros mismos y los métodos y la visión de la ciencia son las más imprescindibles formas de hacerlo.
Podemos fácilmente ver que grandes partes del pensamiento científico no pueden ser aprendidas en libros u ordenadores directamente. Estonces porque en un libro o en un ordenador uno puede hacer una serie de afirmaciones o su contrario; al final, son sólo historias y no se relacionan necesariamente con el mundo en el que vivimos. Así, los resultados de la ciencia tal y como los expresan los libros y los ordenadores no son más que afirmaciones que podrían tener los mismos fundamentos que la religión o podrían tenerlos mucho más sólidos. No sabemos eso sólo con verlos.
Mediante libros y ordenadores podemos aprender maneras válidas de expresar y pensar en ideas y sus implicaciones – en otras palabras, matemáticas- porque la matemática versa sobre sí misma. Puede ser coherente pero no tiene que tener que ver con el universo que habitamos. Pero las matemáticas son importantes para la ciencia porque necesitarnos expresar las teorías sobre el mundo en términos de modelos limpios cuya coherencia e implicaciones se infieran con acierto (e incluso si las matemáticas fueran perfectas, todavía tendríamos que comprobar las conclusiones contra el mundo). Los ordenadores son actualmente una parte vital del proceso del pensamiento científico.
La clave para la ciencia estriba en adquirir las nuevas perspectivas sobre lo que significa «saber» , «descubrir» , «especular» , «debatir», etc. que son el grueso del método científico.
La mayoría de los científicos coinciden en que el corazón del aprendizaje de la ciencia tiene que ver con lo que los científicos hacen al realizar pruebas del mundo y con intentar entender lo invisible bajo lo visible – en otras palabras, para que los alumnos sean auténticos científicos junior. (Aquí las analogías con el aprendizaje de la música y los deportes son profundas).
Pero como el conocimiento científico ha sido complejo de desentrañar del mundo para adultos expertos, la enseñanza de la ciencia se realiza mejor no lanzando a la deriva hacia el descubrimiento puro a los alumnos sino guiándolos para ayudarles a «ver» aunque sin decirles lo que deberían ver. (Asunto complicado y sutil).
Gradualmente la perspectiva subyacente de la ciencia se va adquiriendo y esto permite que las afirmaciones científicas en los libros y ordenadores se consideren en un marco mental muy diferente al de la creencia religiosa. Este tipo de guía está teóricamente dentro del rango de ordenadores tutores pero además constituye el área más compleja de hacer «libros que pueden ayudarnos a entenderlos». En parte porque la materia es difícil y delicada y en parte, porque los alumnos tienen que practicar las cosas en el mundo real para aprender, y esto enfatiza como los ordenadores tutores pueden discernir lo que está pasando y dar consejos valiosos.
¿Dónde estamos hoy en la culminación del invento de la Informática Personal con interfaces que nos pueden ayudar a aprender materias importantes? Una buena analogía es dónde estábamos en informática personal y trabajo en red certero en los 60. Los ordenadores existían, las redes existían y a interacción con el usuario de los ordenadores existía. Pero el concepto del os ordenadores era muy diferente. Se les veía como herramientas para usuarios especializados de herramientas no como medios de comunicación y sobre todo, no para todos.
Las redes eran pequeñas y difíciles de medir. Los usuarios debían estar entrenados para usar ordenadores y la noción que primaba era muy parecida a la idea de principios de siglo XX de que los coches no podrían ser un medio de transporte de masas ¡porque no habría suficientes chóferes! Pero hoy tenemos más de 2000 millones de usuarios de ordenadores en una auténtica red mundial porque unos pocos visionarios en los primeros años 60 propusieron un Gran Reto: «El destino de los ordenadores es convertirse en compañero complementario intelectual para todos en una intricada red mundial».Y querían decir todo el mundo.
El nombre original para esa penetrante red aún no inventada era «La Red Intergaláctica» para animar a los investigadores a elevar las miras más allá del mundo de su tiempo. Mucha gente dentro y fuera de la informática pensó que esto era una completa locura. Pero unos pocos que no lo hicieron crearon una comunidad de investigadores que empezó en 1962 en el Instituto Tecnológico de Massachussets, que se expandió a 15 sitios en pocos años, a Xerox PARC a principios de los 70, resultando en el ordenador personal, la interfaz gráfica de usuario, Ethernet e Internet, impresión láser y muchos otros inventos. Esto tardó unos 10 años en conseguirse.
De manera parecida, hoy tenemos las tecnologías de base, tenemos muchos ejemplos sobre como hacer «contenido tutorial» e importantes ideas para dar los siguientes pasos para hacer ambientes reales en los que trabajar de hecho sin necesidad de otra ayuda.
Hace 100 años H. G. Wells observó: «La civilización es una carrera entre la catástrofe y la educación» y podemos sentir la urgencia de esto aún con más fuerza hoy en día. Estados Unidos tiene un nuevo presidente que declaró en la Academia Nacional de Ciencias en Febrero de 2009 que uno de los Grandes Retos para la investigación en Estados Unidos debería ser «Software de aprendizaje tan efectivo como un tutor personal». También dijo: «¡Podemos hacerlo!»
Podemos y debemos.
Alan C. Kay
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Noticia en Nuestra web
En una ceremonia protocolaria a la antigua usanza universitaria, ayer se entregaron en la Universidad de Murcia los premios fin de carrera y premios extraordianarios de doctorado. También se nombró Doctor Honoris Causa al informático estadounidense Alan C.Kay, Inventor del ordenador portátil, cuya presentación hizo el Dr. Jesús García Molina, Director del Departamento de Informática y Sistemas de la Facultad de Informática.
«Internet acabará con las editoriales lo mismo que hicieron ellas con los monjes, cuando éstos eran los únicos que hacían libros en serie. Lo importante de la tecnología es poder leer igual que en el papel, y eso ya se ha conseguido: el soporte es lo de menos si mantiene la calidad de la lectura.»
María Luisa Núñez, Directora de Canal Literatura estuvo allí para preguntarle por el futuro del e-book y pedirle un mensaje esperanzador para los que escriben y se dan a conocer en formato digital y esto fue lo que nos dijo:
«La esperanza es mejor que la desesperanza. Los optimistas y los pesimistas viven en el mismo mundo, pero los optimistas tienen más posibilidades de tener éxito. Ese es mi mensaje.»