Hace ya diez años que la Asociación Canal Literatura, que entonces se llamaba IRC-Hispano (pues no se constituyó como tal Asociación hasta 2005), echó sus redes en el espacio virtual de la Red con mayúscula, pescando en el abismo entrañable de Internet a sus futuros usuarios, que, cada vez más numerosos, se sentían y se sienten a sus anchas flotando en la atmósfera familiar de su gabinete cibernético. Entre los miles de conversaciones que tenían lugar a diario en dicha tertulia electrónica, se hacía patente el deseo de ver publicadas las creaciones literarias de los asociados, al objeto de darlas a conocer a otros escritores noveles y, por qué no, al universo de los autores consagrados, puesto que también ellos han estado, están y estarán en contacto con Canal Literatura, apreciando en lo mucho que vale su titánica labor cultural.
El libro que la Asociación publica cada año es el resultado tangible del trabajo desarrollado en Internet. El precioso nexo de unión entre la actividad virtual y el papel impreso. Porque Canal Literatura se desvive para fomentar la lectura y la afición y el interés por escribir bien, poniendo en comunicación a los escritores noveles con los consagrados. Y su tarea se despliega íntegramente en el ciberespacio, o sea, en un lugar que es accesible a todos durante las veinticuatro horas del día, con carácter gratuito y sin limitaciones de ningún género, con lo que tiene asegurada unaincidencia pública mucho mayor que la que acompaña a cualquier institución literaria convencional.
Todos los elementos de que consta el certamen anual de la Asociación se van desenvolviendo hasta su feliz desenlace gracias a un excelente voluntariado prendado de la literatura. Doy fe de ello porque tuve ocasión de recibir en mi biblioteca a una simpatiquísima extremeña llamada Ana, miembro (o miembra) singularísimo de dicho voluntariado, que me asistió técnicamente a la hora de dialogar, en mi calidad de Presidente del Jurado del Premio en su convocatoria de 2009, con los socios de Canal Literatura, regalándome un par de horas de tertulia electrónica inolvidable. El premio especial de este año llevaba el rótulo de “Amor en el tiempo” y constituía un reto dirigido a las parejas que hubiesen rebasado juntos la barrera feliz de los veinticinco años, es decir, las bodas de plata con su pareja respectiva. En un momento histórico en que el concepto de familia experimenta, casi a diario, constantes y profundas transformaciones, los cuarenta y dos textos de cuatrocientaspalabras presentados han tenido el buen gusto de no incurrir en tópico alguno y han llegado a nosotros como una admirable colección de plots amorosos tan originales como imaginativos.
El formato en que se desarrollan los certámenes organizados por Canal Literatura (de narrativa, poesía y premios especiales) es, asimismo, muy original e imaginativo. Se conoce el nombre de los escritores consagrados que van a formar parte del jurado, y al presidente del mismo se le entrevista en directo (en mi caso, ayudado en lo técnico por la eficacísima Ana). El grupo de lectura, por su parte, lee y puntúa todos y cada uno de los relatos y poemas, mientras que el público lector, a su vez, vota y elige a su favorito. Al final, es difícil que se extravíe algún talento o que un buen texto literario no obtenga su correspondiente galardón.
De todo ello doy cumplida fe, porque tuve ocasión de desplazarme a Murcia a comienzos de julio de 2009, para fallar el premio en el curso de una gratísima reunión vespertina y una opípara cena ulterior, poniendo punto final al proceso iniciado en la redacción de las bases y en la publicación de la convocatoria. Nunca ponderaré lo suficiente la labor que realiza Canal Literatura en el ámbito cibernético, descubriendo y alentando vocaciones literarias, facilitando la comunicación entre hombres y mujeres tan diversos como entusiastas a la sombra benéfica de la escritura de ficción. Quienes amamos la literatura, y la protegemos y defendemos (como ella nos protege y defiende a nosotros) en cuantas ocasiones haga falta hacerlo, estamos en deuda con María Luisa Núñez y su Asociación. ¡Larga vida a Canal Literatura!
Madrid, 14 de septiembre de 2009.