De las dificultades para figurar en las listas de Amazon. Por Blanca Miosi

 Blanca Miosi

     Todo escritor desea que su novela empiece a figurar en las listas de Amazon, y es natural; ver el título de su obra en cualquiera de las listas de los más vendidos siempre es un aliciente, pero, ¿qué sucede cuando transcurre el tiempo y simplemente la novela no sube ni en la listas por categorías, sino que en ocasiones tiende a bajar o a desaparecer?
Una respuesta simple sería: La sinopsis de la novela no atrae lo suficiente como para despertar el interés del posible lector.

       Pero creo que el asunto va más allá. Los géneros que menos se venden en cualquier librería, sea física o digital, son: Ensayos, Poesía, cuentos o narrativa corta. La novela es la reina de las librerías, la gente las prefiere y si son de romance o aventuras mejor aún.
Las obras filosóficas, reflexivas, que hablan de la amistad, del amor a la humanidad, no son del interés del lector que busca lectura de evasión.

       Una novela puede tener una portada maravillosa, pero si la sinopsis tiene demasiados adjetivos, y el autor se autocalifica, tampoco atraerá a los lectores potenciales. Eso de poner: «Un thriller trepidante, maravilloso, que no te dará respiro» no es muy conveniente. Las sinopsis deben decir en pocas palabras de qué trata la obra, no calificarla. De eso se encargará el lector.
Recibo mensajes de personas que desean que las ayude a promocionar sus novelas y yo lo hago con gusto. Pero no se equivoquen. Yo ayudo a las personas que se ayudan a sí mismas y al mismo tiempo ayudan a otras.

       He notado en muchos casos que ellas esperan a que yo u otros hagamos el trabajo que le corresponde como autor. La única manera de que Twitter resulte efectivo es participando de lleno en la promoción de su obra y al mismo tiempo promocionar las obras de los que lo hacen con la suya. No se trata de lanzar una novela, pedir ayuda y olvidarse del asunto; se requiere atención sistemática y constante, no todo el día, pero sí todos los días, y ampliar sus círculos de seguidores, para que sus avisos no sean leídos siempre por las mismas personas.

       Facebook no es el mejor lugar para conseguir nuevos lectores; sin embargo, sirve para dar a conocer la obra y que otros escritores la tomen en cuenta para ayudar en la promoción (siempre y cuando el acto sea recíproco. Insisto), pues a nadie le gusta twittear a convidados de piedra. A mí me sucede a menudo que de buena fe hago promoción de un libro de un escritor x, y recibo un «gracias». Obviamente, si de ese «gracias» no pasa a la acción y empieza a promocionar mis obras, yo dejo automáticamente de hacerlo con las de él.

       También se da el caso de personas que no desean ser promocionadas, porque consideran que bajan de categoría. En ese caso dejo de hacerlo. No falta alguno que me ha pedido expresamente que no lo haga. Por supuesto, sus obras no llegan a destacar en las listas, y a menos que sea un verdadero fenómeno literario desaparece de las listas o jamás entra a ellas.

       Otro caso es cuando llegan al top 100 y a partir de ese momento dejan de promocionarse y también a los aliados, que son los que lo impulsaron para situarse en la lista.
Creo firmemente en la bondad de las personas, en esa alianza fuerte y cooperadora que formamos los que trabajamos en Twitter, porque no es un pasatiempo, es parte del trabajo del escritor, aunque en mi caso lo disfruto mucho, sobre todo cuando recibo el feedback de escritores que ven poco a poco hacer realidad sus sueños.

       Definitivamente, esta era ha traído consigo muchas cosas buenas, entre las que destacan las redes sociales. Un universo que nos ha dado la oportunidad de conocernos y servirnos unos a otros. Gracias a los blogs y a Facebook hemos aprendido a publicar de manera independiente, y también a promocionarnos en el ámbito mundial. ¡No desperdiciemos herramientas tan valiosas!

       A mis amigos escritores: como siempre, revisen sus manuscritos hasta el cansancio, no publiquen por publicar, que de esa manera no solo se perjudican ustedes, también perjudican a los que sí se toman en serio la escritura. Siempre hay formas de mejorar una obra. Sin ir muy lejos, acabo de subir mi última novela, El manuscrito II. El coleccionista, una vez más, pues he cazado unos errores que no los había notado. Por cierto, esa novela ya figura en todas las categorías en los primeros lugares, gracias a los amigos aliados que de manera incansable la promocionan en Twitter. ¡Muchas gracias!
¡Hasta la próxima, amigos!

EL MANUSCRITO II El coleccionista

Blanca Miosi

Blog de la autora

Libros de Blanca Miosi en AMAZON

2 comentarios:

  1. Como tú dices, las redes sociales son un elemento fundamental para la promoción, pero también reconoces el inmenso trabajo que eso conlleva, y no todo el mundo es capaz de hacerlo, a veces por pereza y otras por falta de tiempo.
    Y totalmente de acuerdo en que hay que revisar y corregir y no publicar por publicar. Siempre hay que primar la calidad sobre la cantidad.
    Un abrazo, Blanca.

  2. Estimada Blanca:
    Muy bueno tu artículo y muy buenas tus reflexiones.
    Pienso que estamos en un tiempo en el que de verdad las personas a nivel mundial interactuamos, y nos implicamos. Estamos en un tiempo nuevo donde un atisbo de solidaridad ampliada parece asomar aunque también es cierto que hay mucha gente que sigue encerrada en su propio mundo.
    En cualquier caso los que interactuamos solo nos queda seguir ADELANTE.
    Un abrazo.
    Rebecca van Winter

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