Para Araceli, por su corazón salvaje, y para Rogelio, por inventar finales hermosos Ella se quitaba la camiseta con pudor (bueno, eso era sólo al principio). Él organizaba la tecnología: vuelca el asiento atrás, ten cuidado con la palanca de marchas y ponte sobre mí, que estarás más cómoda. Las…
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