Crear en Salamanca tiene el privilegio de publicar, por vez primera, el listado de los treinta finalistas del Premio Pilar Fernández Labrador, así como comentarios del coordinador literario del mismo, respecto del proceso de selección. El fallo está previsto para finales de marzo.
Según el poeta Alfredo Pérez Alencart, profesor de la Universidad de Salamanca y coordinador literario del premio, «el comité de lectura tuvo un difícil trabajo a la hora de seleccionar los finalistas debido a la elevada calidad de los libros presentados. Por ese motivo se decidió elegir treinta trabajos, en lugar de los veinte previstos inicialmente. Y que sea el jurado quien decante el premio». Alencart no se muestra sorprendido por este acuerdo, pues ha tenido acceso a más de cincuenta poemarios que bien podrían haber sido finalistas. Este éxito de participantes y calidad poética se debe, según manifestó el poeta en otra ocasión, a que es «un premio de poesía que se ha convertido en referente iberoamericano de prestigio, pues está basado sólo en la calidad poética de los concursantes y en el rigor de un jurado que los valora sin condicionantes algunos, ni siquiera los económicos, toda vez que no concede ninguna cantidad dineraria. Desde Salamanca, este premio establece un puente directo con la cultura de la otra orilla del español. Los poetas, la buena poesía, agradece este empeño, y concurren abiertamente, sin plicas ni seudónimos, porque han comprobado la absoluta imparcialidad de los fallos en las dos ediciones precedentes».
Pilar Fernández Labrador y el poeta portugués António Salvado, actual presidente del jurado (foto de Jacqueline Alencar)
POETAS FINALISTAS
14 mujeres y 16 hombres integran la lista de finalistas del premio, incluyendo el título del libro presentado:
Entre ellos nuestra querida amiga y colaboradora que se ha presentado con el poemario Todos los relojes, ANTONIA ÁLVAREZ ÁLVAREZ (España);
Cuando la garúa cae en Apolo, de MANUEL ILDEFONSO (Perú);
Rompiendo el aire, de LILLIAM MORO (Cuba);
Minúscula constelación de huesos, de LUIS REYNALDO PÉREZ
(República Dominicana);
Las rutas del sueño, de MARCO ANTONIO RAVANALES (Chile);
Estación Tropical, de CAROLINA BUSTOS BELTRÁN (Colombia);
Odola, de MARINA AOIZ MONREAL (España);
Cuántos hombres se necesitan para escribir un poema,
de MARISA MARTÍNEZ PÉRSICO (Argentina);
Filmina, de JONATÁN REYES (Puerto Rico);
Pueblo salvaje, de MARIBEL ANDRÉS LLAMERO (España);
Oscúrame, de INGRID VALENCIA (México);
La mitad silenciada, de MARINA IZQUIERDO (España);
Las Siempre Vivas, de ROSSY EVELIN LIMA (México);
El resplandor de los ojos cerrados, de SALVADOR MADRID (Honduras);
Entre humedades y desiertos, de NIDIA MARINA GONZÁLEZ (Costa Rica);
Música para ahogados, de JAVIER ALVARADO (Panamá);
Y, casi sin labios, la orquesta, de YAZMINA GALÁN PONS (España);
Casa de citas, de MARÍA ELENA BLANCO (Cuba);
Cuaderno de señales, de CARLOS BARBARITO (Argentina);
Disco rayado, de LEONCIO LUQUE CCOTA (Perú);
La balada de los muros, de PABLO CARBONE (Bolivia);
Tránsfugo, de ANDRÉS MORALES MILOHNIC (Chile);
Península de la neblina, de ERNESTO ROMÁN OROZCO (Venezuela);
La novia del viento, de MARCO MARTOS (Perú);
De gestos imprecisos, de LUZ MARY GIRALDO (Colombia);
El circo de cada día, de LUIS ALBERTO AMBROGGIO
(Argentina-Estados Unidos);
Encima de la nada, de J. AMADA HERNÁNDEZ (México);
La metáfora del corazón, José Pulido (España);
El caer me es dulce, de LUIS FRANCOS GONZÁLEZ (Ecuador) y
La ecuación del triste, de HUGO FRANCISCO RIVELLA (Argentina).
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