Crónica de Agosto Clandestino 2018
Cuando comienza el verano, esa estación de las estaciones en la que en las ciudades se producen por quincenas huidas a rincones donde durante unos días reconocer en la epidermis del sol nuestra morada, tiene lugar en esta pequeña urbe llamada Logroño un acontecimiento que para todos los que amamos la poesía es anhelado, y ya un clásico referente a todos los niveles, con catorce años de andadura cumplidos en esta edición. Me refiero al festival Agosto clandestino. Poetas en La Rioja.
Este festival surgió desde la autogestión a partir de la iniciativa sin ánimo de lucro de Planeta Clandestino y su sello editorial Ediciones del 4 de agosto; y, después de dos ediciones sin colaboración alguna, diversas instituciones han aunado esfuerzos a lo largo de los años para acercar la Cultura, en este caso la poesía de calidad, al mayor número de público y con las mayores facilidades posibles.
Es a mediados del mes de julio, tórrido y plagado de planes, cuando las cábalas empiezan a hacer acto de presencia al respecto de los poetas que se presupone participarán cada año, y en espera de que Enrique Cabezón, coordinador del festival, lo desvele en la rueda de prensa que junto al concejal de Cultura (Eduardo Rodríguez Oses en este caso) ofrece a los medios.
Nos gusta esperar ese momento. Saber a quiénes tendremos el honor de conocer y escuchar en vivo en cada uno de los actos programados en perfecta comunión cromática: naranja para las películas que se proyectarán en la filmoteca Rafael Azcona, tan querida por los logroñeses; azul añil para los paseos por las calles del casco antiguo de la ciudad bajo el lema «¿La calle es un poema?»; azul eléctrico para el FSMEV (Festival San Millán Escenario Vivo), que contó con tres actos en Badarán, Estollo y Berceo; granate para las actividades y presentaciones de libros en el foro de la librería Santos Ochoa, que con tanto esmero y cariño colabora en esta gesta; y rosa fucsia para las actividades en la Biblioteca de La Rioja, donde con plausible dedicación se hace entrega a los asistentes de los cuadernos de poesía de la colección Planeta Clandestino.
Este año que nos ocupa (2018), con la canícula y las maletas de muchos esperando, el día 24 de julio conocimos el variado y extenso programa que hasta el día 8 de septiembre iba a ocupar esas tardes de siesta, piscinas y meriendas y el añadido extensible de la savia del lenguaje.
Con la proyección de la película Visages Villages de Agnès Varda y un aforo completo se rindió un más que merecido homenaje a Ricardo Romanos, actor y director de teatro riojano, al cumplir cincuenta años en escena y con su estilo epicúreo y libertino nos introdujo en la película.
En sendas tardes de abanico y playeras se proyectó la película sobre Federico García Lorca Lunas de Nueva York, de Juan José Ponce, con el recital introductorio del citado Ricardo Romanos. Parafraseando su poema «Calles y sueños», No es sueño la vida. ¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta! Y alerta estuvimos, amado Lorca, amándote, más si cabe.
La obra del poeta asturiano David González se pudo escuchar en la voz de Ricardo Romanos en otra tarde de esas donde nos tatuamos el sol, a la cual siguió el documental Vocación de perdedor de César Tamargo.
Por supuesto, los cuentacuentos también tuvieron su espacio, como signo premonitorio de la voluntad de aprendizaje de los más pequeños.
Un cuentacuentos (traducción al español del término inglés storyteller), también llamado contador, cuentista o cuentero, es un narrador oral de cuentos e historias que pudieron disfrutar los niños y adultos que se acercaron al foro Santos Ochoa en sucesivas tardes en las que dieron rienda suelta a la imaginación en el devenir de sus infancias.
En la tarde del 27 de julio comenzaron las presentaciones de libros ya editados en Santos Ochoa con dos obras de sendos autores: Luis Alfonso Iglesias y Txisco Mandomán Xego. El primero lleva por título Las esquinas del mundo; un mundo al que nos asomamos de la mano de este asturiano dedicado a la docencia que asevera que Ningún verso quiere ser vivido en el campo neutral de la indolencia. Una declaración de intenciones en lo que se refiere a un poemario que reivindica el poder de la palabra y del lenguaje.
Por su parte, el logroñés Txisko Mandóman Xego nos paseó por el que es su segundo trabajo hasta el momento, Poemas impuros. Pureza del interiorismo, especie de torre de cristal intocable a la que se retira el individuo para separarse del mundo exterior. El hombre se cuestiona, desdeña el pudor y el tiempo aniquilando relojes, imagina, superpone lo esencial a lo invisible a los ojos.
Entrados ya en agosto y hermanando el Ebro con el Ega pudimos comprobar cómo, a la hora de aunar las presentaciones, una suerte de causalidad logró que los Náufragos de Rita Turza se sintiesen arropados por la fuerza motriz de Como una sirena que me abraza de Juan Andrés Pastor Almendros. Ambos autores (riojana Rita Turza y de Estelles Juan Andrés Pastor) nos sumieron en un universo poético de hondura marina donde la evocación del agua, era guiada en su periplo por Gonzalo San Ildefonso, encargado de la presentación.
La sensibilidad y fuerza poética de Rita, que dice Yo, que me desoriento en tierra propia, me imagino cómo me encontraré, sin brújula, en tierra ajena, no deja a nadie indiferente. No solo se ha encontrado en Santander, la tierra que la acoge, sino que llegó con un pedacito del mar Cantábrico en las pupilas para hacernos mucho más llevadero el calor.
Por su parte, el periodista Juan Andrés Pastor nos habló de la posibilidad real de abrazar algo, y de cómo el título de su libro es de por sí un recurso estilístico que une la comparación y la metáfora para dibujar el abrazo entre la poesía y una realidad que se va deshojando al ir pasando las páginas. Cada lector va a interpretar de manera distinta ese contacto.
Comenzaron los actos en la Biblioteca Pública con la presencia sensitiva de la vallisoletana María Ángeles Pérez López, que daba a conocer su cuaderno de poesía Mecanismo animal; y ese gran hombre llamado Juan Antonio Bermúdez, extremeño de nacimiento que presentó su Calle lenta. María Ángeles Pérez, a quien nada le es ajeno, nos ofreció una poética de riguroso orden semántico y lingüístico en la que da forma a la expresión en un alarde de introspección de la mirada que todo lo abarca, conformando una unidad con el ritmo vital de la existencia de esos compañeros de viaje que damos en llamar vida y que son los animales. Sin fisuras nos entregó su cosmovisión, analizando, diseccionando con verdadero amor nuestra percepción.
Por su parte, Juan Antonio Bermúdez nos ofreció una poesía que se alimenta de la vida, y se confesó bastante curioso, capaz de inspirarse tanto en una conversación como en una noticia, pues la poesía es vida para él y, por ende, todo lo que sucede es material poético. Lo mejor que se podría decir de su poesía es que acaricia y sirve para acompañar, en la creencia de que no podemos calmar el dolor ajeno, pero sí asistir en el trayecto vital, en el dolor y la alegría.
Continuaron los actos en la Biblioteca Publica el día 9 de agosto, con un aforo completo y mucha gente sin poder acceder al interior. En este caso era la barcelonesa Laia Manrique quien presentaba su cuaderno de poesía Tranfusas, así como el zaragozano Ángel Guinda Poemas de la cabeza, ambos de la colección de poesía de Planeta Clandestino. Condujo el acto la escritora y miembro de la citada editorial Sonia San Román.
La juventud de Laia Manrique demuestra en su poesía esa incansable búsqueda de hacer de lo literario una experiencia desgarrada. Su indagación huye, como mudando de piel, de toda artificiosidad y construcción meditada en una tensión del lenguaje que nos hace y deshace, que manejamos y nos maneja y que va más allá de la literatura, de la poesía, del arte y de las palabras, siempre en permanente equilibrio con la veteranía y contundencia de Ángel Guinda, poeta que iba para médico y asevera que «ser narrador es una profesión, pero ser poeta en una posesión porque es estar poseído por esa manera de expresión». Ángel Guinda ha logrado una sólida obra poética alejada de las tendencias dominantes, sin desdeñar una posición periférica pero firme y sopesada que, partiendo de lo individual (de su análisis, de la exploración de sus anhelos y angustias), se embute en lo comunitario con un radical humanismo.La juventud y fuerza de Miryam Reyes y Ritxi Poo bajo la batuta de Adrián Pérez Castillo, el poeta y miembro del sello editorial Planeta Clandestino que tantos buenos momentos nos dejó a lo largo del festival con su manejo del noble arte de la jota, dibujó en la tarde del día 10 de agosto unas perseidas especiales con sus cuadernos de poesía Jaula para la gallega y Un vuelo de sombrillas para el bilbaíno. Se produjo de nuevo un lleno completo con un público entregado y fiel para escuchar cómo Miryam Reyes declamaba de memoria sus versos. El cuerpo como estancia donde el elogio del amor no se somete a ningún ritmo, sostenida en la materia y consciente de que solo en el desgarro se reconoce el lenguaje como código indeleble de todo verso.
Por su parte el poeta de Portugalete aseguró que la poesía «es una enfermedad que le ha acompañado toda la vida», y con poemas cortos y contundentes nos sumergió en ese universo donde la poesía no es solo un arma cargada de futuro, sino de presente, y debe servir para transformar ciertas cosas. Es una cuestión de trabajo, señala Ritxi, y el suyo es metódico y no busca en el azar la consecución del verso.
Llegados ya al ecuador del mes de agosto nos encontramos con dos citas en el foro Santos Ochoa. La primera fue una conferencia impartida por Ángel González sobre el universo crowdfunding, para continuar con las presentaciones de libros ya editados. En esta ocasión, y acompañada por Saray García, recibimos a la adorable poeta de ascendencia rumana de una sensibilidad inusitada Janina Sfectu con su libro El amor tiene instinto de francotirador, cuyo título ya es muy significativo de aquello que nos espera tras cruzar el umbral del alma de la autora, pues, como dijese Stendhal, «El amor es una maravillosa flor, pero es necesario tener el valor de ir a buscarla al borde de un horrible precipicio». Y esto es lo que hace la poeta, la mujer, la madre: encaramarse a lo despejado y, con unas elaboradas y brillantes metáforas.
Por su parte Javier Lostalé, reúne en Cielo poemas que orbitan en torno al amor (más concretamente el desamor, «que es una forma profunda de amar»), y palabras como «transparencia», «invisibilidad» o «borrarse» son el núcleo de ellos. La composición de este libro ha sido para Lostalé como «una experiencia mística, una sublimación carnal».
La veteranía de la riojana Rosa Laso, junto a la voz crítica del bilbaíno Julen Gossip, se dio cita en la tarde del 16 de agosto bajo la mirada inquieta a la par que erudita de la escritora Esther Novalgos Laso, encargada de la presentación de sendos poemarios en la Biblioteca de La Rioja, donde como cada tarde mucha gente rezagada no pudo acceder al recinto de la sala de conferencias por aforo completo.
Rosa Laso, con su libro Del cero al infinito, nos dio a conocer su incursión en la literatura tal como es ella, temperamental y de esencia infinita, en unos versos donde escribe cómo vive a través de ritmo claro y de eufonía vibrante. Cómplice de su tiempo, nos revela su sapiencia al estilo de Pedro Salinas, que concibió la poesía como un modo de acceso a las honduras de la realidad, a la esencia de las cosas y experiencias vitales.
Por su parte Julen Gossip (Julen Manuel Vicente, quien también es cantautor), con su cuaderno de poesía A traición animal, que él mismo denomina «poemas de no-amor de un Alien», nos ofrece una poesía comprometida donde reinventa la palabra, la troquela, y la saca de la esclavitud de las normas morales.
Julen Gossip se declara pesimista al advertir que la poesía no va a cambiar el mundo. Que no vale para nada, salvo para poner orden en el caos de su realidad y poder entenderse mejor a sí mismo.
El día 17 de agosto fue el turno de la presentación en el foro Santos Ochoa del libro Mater amatísima, de María del Pilar Gorricho. Esa terapia en versos contra el dolor por la perdida de la hija. Cuando fallece un hijo el mundo se detiene frente a nosotros como gritando la supremacía de la natura, insolente y despiadado.
Julia Baigorri Jalón, con su Erótico crepúsculo desdibujó la amarga estela de la muerte, pues, en esa especie de causalidad de la que les hablé arriba, Eros y Thanatos se dieron cita en esa tarde.
Pasional, directa, enérgica y fulgente como ella es, la poesía de la riojana Julia Baigorri nos paseó por las estancias deseables del amor en su conjunción más intrínseca en una compilación de sus poemas más íntimos. Como ella misma declara para el sugerente título con el humor que la caracteriza, le gustan las palabras esdrújulas.
Presentó el acto el poeta y miembro de ARLEA, José María Martínez Zabala.Viktor Gomez Valentinos, el poeta afincado en Valencia, nos habló de su libro Decir/entredecir; y Javier Gil, Poemas de la bancarrota y otros poemas, en ese mismo foro del cual vamos hablando durante esta crónica con un público entregado a esa poesía de pedrada en la sien que diría Irigoyen donde uno sale herido, que, al cabo, es lo que se espera cuando se acude a un recital, bajo la atenta mirada de la presentadora que en esta caso fue Nerea Ferrez.
La contundencia en la sintaxis, el rescate del individuo frente a la dominación sistemática y el compromiso se citan en la obra de estos dos autores, que, desde el corazón de esa bancarrota que no sólo es económica, sino también profundamente social, una bancarrota de los vínculos, podría decirse, deja a la persona sin asideros ni referencias.
El granadino Antonio Praena, junto a la barcelonesa Ana Gorria, fueron los encargados de ofrecer otra magnífica sesión poética en la Biblioteca Pública presentando sendos libros de poesía de la colección Planeta Clandestino, con la cual culminaron los actos en la citada biblioteca.
Antonio Praena presentó el cuaderno de poesía Entre el cielo y la tierra, y Ana Gorria, Caminar. Un tándem excelente al mando del político y poeta José Luis Perez Pastor.
Antonio Praena, laureado y consolidado poeta, con una voz que nada excluye de la vida donde todo acaba formando parte de un inmenso rompecabezas cuyas piezas nunca terminan de encajar a la perfección, pues de lo contrario llegaríamos con demasiada prontitud al final del juego (sentirnos imperfectos, pensará para sí, es sentirnos vivos, y de esa manera podremos seguir conociendo y conociéndonos); y Ana Gorria, esa joven poeta merecedora de reconocidas críticas que declara que la poesía salva, es un para qué. Los para qués no me resultan importantes en lo relativo a ninguna actividad humana. Me interesan los porqués. Por qué el poema. Y ahí responde Pound conmigo: Dios es un estado de la mente. O con un verso propio: primavera en secreto.
Desfallecía agosto con los libros Estampas del infortunio y Cómo vivir juntos, del aragonés Pablo Lópiz, un abismo y ataque de anonadamiento por desesperación y plenitud. Estampas del infortunio presenta ese bestiario enamorado e incisivo, desgarrador y tierno, de alguien que solo desea comprender; y Cómo vivir juntos, según su autor, es un manifiesto que afronta las dificultades planteadas por ese «fantasma del comunismo de a dos, de la comunidad mínima, pero no menos radical, de los amantes». Así pues, amor y política, con la frustración que generan frecuentemente las limitaciones encontradas para construir esa comunidad anhelada, ya sea amorosa o social, protagonizan el libro.
Y, por último Quizás nos baste la tierra, epifanía del pamplonica Javier Pérez Recarte; un caminar no solo de poema a poema, sino también dentro de cada uno de ellos. La transformación de la voz poética se evidencia en un mundo que grita aquí y ahora y se impone en perspectivas cambiantes. El acto estuvo presentado por Javier Jiménez editor de «La cabaña del loco»
El encargado de poner fin al mes de agosto fue el poeta José María Martínez Zabala, quien en el marco incomparable de las Bogegas museo Ontañon presento su libro La Rioja de verso en verso. Una obra que muestra La Rioja de una forma amena, entretenida y con un lenguaje claro, dando a conocer como dice el título en verso, los variados lugares, costumbres, de cada municipio de La Rioja y de los diferentes barrios y distritos de Logroño.
Al amparo de Miguel Ángel Sainz y con Enrique Cabezón como presentador del acto las obras de este escultor, pintor, diseñador y arquitecto en un espacio sagrado -la bodega- donde el vino descansa a la vera de seres mitológicos, hicieron del acto un excelente maridaje de poesía y arte.
Ya entrados en el mes de septiembre, el mes del regreso por excelencia, pudimos asistir el día 6 de mismo a la presentación de los libros Inventario en la mañana ese libro intimista y acogedor donde en una cascada de figuras literarias excepcionalmente trabajadas y con la justa adjetivación nos ofrece su mundo, sus sueños, su infancia y lo más valioso que el ser humano nos puede regalar: sus recuerdos. Asimismo se presentó Galeria de Marta R. Sobrecueva «¿Los espacios ocupan pensamientos? ¿Cómo los recorremos? ¿Cómo los vemos? ¿Cómo se comportan? En el poemario de Marta se nos contrasta unas veces la frialdad numerada de un espacio físico con la identidad sorpresiva de la acción sensorial que en cada una de estas estancias ocurren.
Hasta el punto que a veces estos pensamientos emergen sin unas paredes que los acoten, como el sonido, y no solo ocupan, sino crean por si mismos otra construcción nueva en sus vacíos.
Presentó Evelyn Pérez poeta e integrante de Arlea y de la revista Fábula.
Un acto emotivo y necesario donde ensalzar la memoria y la palabra de aquellos que ya no la tienen tuvo lugar en día 7 de septiembre en el cementerio civil de « La Barranca» en la pequeña localidad riojana de Lardero, donde un grupo de poetas navarros se dieron cita en ese escenario cargado de simbolismo para presentar la antología Memoria Poética de J.R Urtasun ese libro del cual Juan Carlos Mestre nos dice:
«Estas pinturas y estos poemas son portadores y, a la vez, donantes, traen y ofrecen, asumen que los seres humanos somos responsables unos de otros y desde esa decisión, una responsabilidad que alcanza al oprimido e incluye en ella a los desaparecidos, a los antepasados de la causa democrática, se constituyen en un refugio, en una casa de huéspedes civiles, un último territorio de amparo ante la repugnante épica de los militarismos y la superveniencia de la satrapía política.»
El último acto de este agosto Clandestino fue anunciado por el cielo logroñes a golpe de tormenta de verano, lo cual no impidió que dos autoras riojanas y miembros de la citada editorial nos congregasen para presentarnos sendas antologías de su obra.
Carmen Beltrán y Sonia San Roman nos ofrecieron un pedazo inmenso de su vidas en La meteoróloga de sí misma (en el caso de Carmen )y De la palabra hacia atrás (en el de Sonia)
Carmen Beltrán nos habló del proceso creativo seguidos desde que en 2004 se gesta este florilegio relatando certera y cercanamente cómo se gestó, los tiempos en que germinó cada verso, su pasión por la poesía, así como por el proceso evolutivo que conlleva sacar un poemario a la luz, el reencuentro con los primeros escritos, el misticismo del papel en blanco.
Asimismo Sonia San Román también nos introdujo con su antología personal (cuya selección ha corrido por parte de la propia autora desde una doble lectura: la de aquellos textos que la poeta ha considerado mejores, con los que más se identifica o han sobrevivido con mayor solvencia al paso del tiempo; y la de su propio punto de vista sobre la literatura, el arte y la creación poética) por su cosmos poético.
El acto fue presentado por la firmante de esta crónica, quien se siente muy honrada.
Personalmente no conozco otro lugar de esta nuestra geografía donde se espere a los asistentes a un recital con los poemarios que se leerán en la mano y se repartan para que la cultura no sea propiedad privada de una élite a la que solo tienen acceso los más favorecidos. Todo un verano que se nos ha ido con la sensación de que tras el «agosto clandestino» regresamos más un poco a la rutina de ese día a día que corona nuestras horas. A las batas de colegio, a los mocasines y las calles circundadas por adolescentes que dan por finalizado su periplo por esta máquina de sueños del estío.
Ese estío que nos deja el sabor de un paseo por la vida de todos y cada uno de los que conforman este gran mundo de estrofas y metáforas.
Muchas gracias a tod@s los que lo hacéis posible, por vuestra entrega y amor a la poesía.
Ahora tan solo nos queda esperar al agosto clandestino 2019.
María del Pilar Gorricho del Castillo.