Cuando hace más de dos años tomé la decisión de autopublicar mis libros en Amazon, la plataforma digital se acababa de instalar en nuestro país. En aquel momento y tras el rechazo editorial encontré en esta vía la única manera posible que tenía de que mis libros se hicieran visibles.
Recuerdo que cuando accedí por primera vez al Top de ventas, los nombre que allí encontré eran todos de autores desconocidos en papel pero que día tras día se mantenían en los primeros puestos con sus ebooks. Eran autores independientes (no pondré nombre por si mi memoria falla y olvida a alguno). Autores que tuve el placer de conocer virtualmente porque con facilidad se encontraban en las redes sociales haciendo promoción de sus novelas y aconsejando a los que debutábamos en ese complicado mundo.
En marzo de 2012, subí a Amazon mi novela Bajo los tilos, y soñaba con que me pasara como a ellos, que mi libro llegara a esos primeros puestos. Tuvo que pelear mucho con estos autores consagrados independientes del Top para hacerse un hueco, pero lo consiguió y, durante más de un año estuvo codeándose con los más grandes.
Subir un libro a Amazon era entrar en guerra con tus hermanos, si no hacías visible el libro se perdía entre los miles y miles de ebooks que componen el catálogo, por lo que dedicabas horas y horas a ese cometido a fin de alcanzar las tan deseadas 100 primeras plazas. Si la suerte te tocaba y el libro gustaba los lectores te alzaban. Entonces eras visible, vendías, te mantenías y vendías más; pero no podías abandonar la promoción porque si no desaparecías en el espacio virtual.
En marzo de 2012, subí a Amazon mi novela Bajo los tilos, y soñaba con que me pasara como a ellos, que mi libro llegara a esos primeros puestos. Tuvo que pelear mucho con estos autores consagrados independientes del Top para hacerse un hueco, pero lo consiguió y, durante más de un año estuvo codeándose con los más grandes.
Subir un libro a Amazon era entrar en guerra con tus hermanos, si no hacías visible el libro se perdía entre los miles y miles de ebooks que componen el catálogo, por lo que dedicabas horas y horas a ese cometido a fin de alcanzar las tan deseadas 100 primeras plazas. Si la suerte te tocaba y el libro gustaba los lectores te alzaban. Entonces eras visible, vendías, te mantenías y vendías más; pero no podías abandonar la promoción porque si no desaparecías en el espacio virtual.
En aquellos momentos en el Top apenas había libros de editoriales, y si los había eran los Kindle Flash, que de vez en cuando salían en oferta por parte de la plataforma. Una ojeada en esas fechas al Top revelaba que el ser autor independiente era una opción, se podían vender muchos libros y obtener beneficios, a pesar incluso del escaso royalty, puesto que la mayoría de los libros no superaban el euro.
Cuando en mayo del 2013, la presidenta de Amazon me invitó para que formara parte como ponente del acto que iban a organizar en Madrid, por motivo de la Feria del Libro, y que compartiera mi experiencia en Amazon con los allí presentes (mi novela había sido una de las más vendidas en ese año), hablé desde el corazón sobre las excelencias de la plataforma que fomentaba a los independientes. En el verano de 2013 recibí una llamada desde la central de Amazon en Seattle para pedirme opinión sobre la plataforma y ya entonces dije, de manera intuitiva, y ahora, de manera confirmada, que el lanzamiento masivo de los Kindle Flash iba a ser la muerte para los autores independientes.
Y esto lo cuento porque el otro día un compañero de fatigas, escritor, novato en Amazon, que con mucho esfuerzo había conseguido subir su libro entre los veinte primeros, veía como se desplomaba de las listas en cuestión de horas y en un mensaje privado me preguntaba qué pasaba. Yo le conteste: las ofertas Kindle Flash de los más vendidos en el 2013 de todos los géneros estarán durante una semana. Una semana y sus coletazos, de manera que ahora (son las 9 de la mañana del día 8 de diciembre de 2013) cuando echas un vistazo al Top entre los 20 primeros no hay ningún independiente, hay que descender hasta el 37, 39, 42 ,44, 47, donde Angel Gil y Blanca Miosi mantienen el estandarte, a continuación en el 52 Puri Estarli, y de ahí hasta el 61, 63, 64, 66, 67, 68, 70, 74… el resto.
En definitiva, hemos sido desplazados tal como yo le aventuré. El único peligro de esto es que por el llamado efecto dominó puedes caerte del Top y como decía antes perderte en la marabunta de las miles y miles estanterías de libros.
Sé que muchos compañeros independientes defienden este sistema frente a la editorial tradicional por ser el menos malo de los sistemas para publicar. Incluso sé por compañeros que hay alguna librería (en Barcelona) que vende en papel a los autores independientes.
Pero a la vista de cómo ha cambiado, por lo menos en España, la situación del autor independiente, me planteo seriamente:¿Tiene futuro el autor independiente?
Cuando en mayo del 2013, la presidenta de Amazon me invitó para que formara parte como ponente del acto que iban a organizar en Madrid, por motivo de la Feria del Libro, y que compartiera mi experiencia en Amazon con los allí presentes (mi novela había sido una de las más vendidas en ese año), hablé desde el corazón sobre las excelencias de la plataforma que fomentaba a los independientes. En el verano de 2013 recibí una llamada desde la central de Amazon en Seattle para pedirme opinión sobre la plataforma y ya entonces dije, de manera intuitiva, y ahora, de manera confirmada, que el lanzamiento masivo de los Kindle Flash iba a ser la muerte para los autores independientes.
Y esto lo cuento porque el otro día un compañero de fatigas, escritor, novato en Amazon, que con mucho esfuerzo había conseguido subir su libro entre los veinte primeros, veía como se desplomaba de las listas en cuestión de horas y en un mensaje privado me preguntaba qué pasaba. Yo le conteste: las ofertas Kindle Flash de los más vendidos en el 2013 de todos los géneros estarán durante una semana. Una semana y sus coletazos, de manera que ahora (son las 9 de la mañana del día 8 de diciembre de 2013) cuando echas un vistazo al Top entre los 20 primeros no hay ningún independiente, hay que descender hasta el 37, 39, 42 ,44, 47, donde Angel Gil y Blanca Miosi mantienen el estandarte, a continuación en el 52 Puri Estarli, y de ahí hasta el 61, 63, 64, 66, 67, 68, 70, 74… el resto.
En definitiva, hemos sido desplazados tal como yo le aventuré. El único peligro de esto es que por el llamado efecto dominó puedes caerte del Top y como decía antes perderte en la marabunta de las miles y miles estanterías de libros.
Sé que muchos compañeros independientes defienden este sistema frente a la editorial tradicional por ser el menos malo de los sistemas para publicar. Incluso sé por compañeros que hay alguna librería (en Barcelona) que vende en papel a los autores independientes.
Pero a la vista de cómo ha cambiado, por lo menos en España, la situación del autor independiente, me planteo seriamente:¿Tiene futuro el autor independiente?
María José Moreno