Cena y «jazz» en Canal Street. Por Amelia Pérez de Villar

Cena y jazz en Canal Street

 

Yo leo poco y escribo menos. Lo confieso con toda la sinceridad de la que soy capaz, y no sin pesar, no puede ser de otra manera. Cada vez que entro en contacto con «los chicos de Murcia» (ese colectivo que está formado por chicos y chicas de cualquier edad y de toda España pero que para mí se llama «los chicos de Murcia») me asalta la vergüenza más profunda y me sonroja el rubor más tenaz. Porque Murcia, Canal Literatura, nuestro encuentro anual, este lugar de intercambio que nos enreda en la red, es lo que agranda la brecha que me separa de la literatura militante. Me recuerdan lo poco que leo, y lo poco que escribo… ¿Que si me importa? ¡Pues claro que me importa! Los veo a todos ahí, cada uno con su circunstancia, y pienso: «Es que tienen más tiempo que yo».

Rafael Borrás,Amelia Pérez de Villar, Manuel de MáginjaLos contemplo con sus ilusiones personales, intransferibles e indestructibles y pienso: «Es que yo me he desilusionado». Cualquier pretexto vale. Me dan mucha envidia (sana; sí, rotundamente, existe la envidia sana) porque no conocen la pereza ni el desánimo, y me causan una admiración inmensa. Y cuando los veo salir a recoger su premio me siento como si saliera yo: subo al estrado con ellos, en ellos. Satisfecha, orgullosa, escritora hecha y derecha. Disfruto de cada encuentro y de cada historia que me cuentan, las suyas y las de su escritura, sus esfuerzos y sus logros. Los siento tan míos que me hacen no sentir culpable por no tener nada que mostrar. Envidio su capacidad para emocionarse con un libro o con un texto y su amor propio a la hora de superarse. Lo pueden todo, porque lo tienen todo: desde la ilusión hasta el descaro, desde la ingenuidad hasta la capacidad ilimitada de esfuerzo. Criterio y ganas. Madera de escritores. Alegría desbordante. Madera de luchadores, competitivos y ambiciosos, pero buena gente. Todos en Murcia, arregladitos «como pa’ ir de boda», como dice la canción de Serrat; esperando oír cada uno su nombre, confiando, riendo, bromeando, criticando maliciosamente a los grandes intocables y descubriendo emocionados insignificantes joyas. Leo poco y escribo menos, pero… esto no me lo pierdo.

Amelia Pérez de Villar

ameliaPerezdeVillar2014

3 comentarios:

  1. Es, en verdad, una fiesta para no perderse.
    No voy a volver a insistir en lo bien que escribes, poco o mucho, y lo que se ve que lees o has leído; pero sí tengo que repetirte de nuevo lo que disfrutamos con tus textos, tus gestos y tu mera presencia. Un ser exquisito en Canal Street.
    Muchos besos, Amelia.

  2. No sé lo que escribes o si lees poco; sí sé, sin embargo, que sincera eres mucho y que fue un placer conocerte. Amelia, un fuerte abrazo.

  3. Manuel de Mágina

    Estoy con Elena en que si hay un rasgo destacable en la personalidad de Amelia, y también en su labor, ya sea escribiendo o traduciendo, es su exquisitez. Gracias, pues, a ti, por tenerte.

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