Una tarde gris
Es una tarde gris. La niebla permanece desde el alba desdibujando el horizonte. Algunos rayos de sol se filtran entre las nubes desafiando los infinitos tonos de este atardecer denso y húmedo.
Sin embargo, el ambiente emana una belleza serena que, en total calma, es capaz de emocionar intensamente un corazón sediento de cordura, paz y equilibrio. Esa ambición eterna que nunca se alcanza mientras residimos en esta esfera azul que gira sobre sí misma y revolotea en torno a una luz que marca el ritmo.
No hemos cambiado nada, a pesar de que algunos vídeos en blanco y negro quieran que lo creamos. La naturaleza repite sus colores, como los grises de esta tarde, y la vida se abre paso, como siempre, entre los infinitos sentimientos que afronta un ser humano en una etapa y que son iguales a los compartidos en una generación o en todas las generaciones de la historia.
Y, cuando has vivido tanto, te das cuenta que todo lo moderno es bien antiguo y que aquello que llamamos viejo atormenta el presente como si fuera ayer, o mañana, o perteneciese a un movimiento continuo difuminado que te hace dudar de todo progreso.
En ese momento asoma a mi mente un pensamiento que me perturba y hace vibrar la base en la que he invertido emocionalmente mucha vida.
Me doy cuenta, con inmensa tristeza, de que todo lo humano empieza a parecerme ajeno.
Luisa Núñez
CEO del Portal Canal Literatura
Especialista Universitario en Sistemas Interactivos de Comunicación
Qué bien has sabido definir el sentimiento abrumador que sobreviene a la impotencia. Como la resaca que, no nos arrastra pero, nos evidencia su poder.. Como los grises que nos retratas.
No es que te parezca ajeno. Te has hecho sabia a golpe de martillo. No nos queda más remedio que sobrevivir Luisa, a tientas entre las brumas, pero no ciegos.
Un abrazo fortísimo entre esos tenues rayos de sol. Qué hermosas letras.
Sí, es el gris del desconcierto, de la tristeza, de la impotencia. Es como un presagio a vivir de nuevo la misma pesadilla repetida tantísimas veces.
Y como bien dice Amelia, no nos queda más remedio que sobrevivir a estas brumas, pero bien despiertos.
Te envío un abrazo Luisa.
Estimada, Luisa. No encuentro los adjetivos necesarios para calificar tu magistratura con la pluma. Tu prosa transmite hoy un sentimiento común que yo aún no he sabido expresar pero que se ha manifestado al leer tu magnífico texto.
Un abrazo.
No, amiga, que la tristeza no inunde tu alma. No van a poder con nosotros. Ni estos ni ningunos. Un abrazo fuerte.
Me sumo a las palabras de aliento del amigo José Fernández Belmonte, aunque es difícil que tantas tardes grises no hagan mella en nuestro ánimo.
Muchos besos. Pero muchos.
Juan Antonio explicas muy bien el hastío: » Es como un presagio a vivir de nuevo la misma pesadilla repetida tantísimas veces.»
Así se fragua ese cansancio desalentador.
Este texto está escrito antes de los atentados de París José y no serán otros quienes puedan con nosotros, ellos saben por lo que luchan, somos nosotros los que no sabemos qué defendemos y además, perdidos los valores fundamentales, no tenemos armas para hacerlo.
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Antonio, Amelia, Elena, siempre hay una secreta esperanza en algún lugar del corazón, solo que me cuesta rescatarla cada vez más.Este individualismo egoísta y despersonalizado generalizado arrasa cualquier esbozo de que se concrete un humanismo relevante.
Pero sois parte de ese 10% al que no puedo ser ajena porque la amistad, en estos tiempos es un autentico tesoro de incalculable valor. Y que en tan pocas líneas sepáis entenderme es un lujo.
Gracias por los ánimos a todos.Mil besos queridos compañeros.
Que no es gris, que es azul…, Luisa, lo que vemos ante esa ventana. Bellísima experiencia ante un cielo y un mar tan volátiles como la cortina que los descubre.
Solo por esto merece la pena vivir y es el contrapunto a la cruda realidad que vivimos. Y su bálsamo.
Como «eres mujer; nada humano te es ajeno». Y me sumo a las palabras de aliento de mis compañeros. Con nosotros no podrán.
Muchos besos.
Luisa, la sensación de impotencia que a vveces sentimos por los hechos caóticos, los que queremos cambiar y no podemos están bien señalados con el gris que invade, pero hay que seguir para aliviar el gris del camino.
Me solidarizo con tus palabras y que te llegue un gran abrazo
Betty
Mi querida Luisa: no has podido engarzar mejor tus Letras de Hadda para tocar con tu varita nuestros sensibles corazones. Más que definir un sentimiento, nos has transmitido esa vivencia que ha acariciado nuestras almas, como el frágil pero perceptible aleteo de una mariposa… ¡Esa es la Magia de las Palabras!
Los seres humanos somos poseedores de algo que fluctúa a lo largo y ancho de nuestra condición, in sécula-seculorum: la DUALIDAD, ese pensamiento-emoción-realidad por el que caminamos igual que sobre el filo de una navaja. Y mientras nuestras mentes sean incapaces de integrar, y no dividir, seguiremos conviviendo con nuestra condición mezquina y rasposa, pero que también es capaz de portar una Luz tan inmensa como la que marca el ritmo de nuestra esfera azul.
La Oscuridad parece ahora lamer todos los rincones, pero siempre hemos contado con la posibilidad de encender un candil que la destierre para siempre. Quizás las generaciones más jóvenes sepan buscar la claridad del sol entre los jirones de la niebla.
Y, por supuesto, no podría dar por concluido mi comentario sin escribir las dos palabras más Mágicas del Universo que contiene a esa preciosa Esfera Azul:
¡Te quiero, Amiga!
Como decía Ghandi,
«… el Amor es una fuerza humilde, pero es el arma más poderosa de la que dispone un ser humano… Amor y verdad son las dos cosas de Dios. La verdad es el fin y el amor es el camino… La violencia es el miedo a los ideales de los demás.»
Del paisaje, ese atardecer gris y poroso, pasas a la reflexión y de la reflexión al tópico, a la nada. Vuelve a asomarte a la ventana, o mejor, sal a la calle, al escenario. La función continúa y debes procurar que tu réplica sea nueva, perdurable. Eso, y no otra cosa, es el progreso.
Querida Betty siempre es un placer leerte y saber que Internet nos une en la distancia.
Un fuerte abrazo desde España.
Hola Mar, preciosa frase nos dejas, pero sobre todo esas palabras mágicas que son siempre bálsamo del desencanto.
Las nuevas generaciones tendrán que encontrar esa luz y yo confio en ello porque ahora está en sus manos avanzar, no en tecnología solamente, sino en en humanismo y valores.
Yo también te quiero amiga
Hola Benito, parece usted un hombre de «certezas». Yo soy todo duda y perdone pero no me gusta representar ningún personaje.
En mi vida no hay “funciones” porque ser uno mismo conlleva serlo a tiempo continuo y completo.
Ojalá existiera la nada para instalarse allí, pero no existe.
En cuanto a la palabra progreso la RAE dice:
(Del lat. progressus).
1. m. Acción de ir hacia adelante.
2. m. Avance, adelanto, perfeccionamiento.
Quizá el progreso consista en dejar de seguir esta función inhumana donde todo ser humano es mercancía.
En cuanto a sus recomendaciones, le diré que no hay ventana en esa foto, es la calle frente al mar y aquí no hay escenario porque en la naturaleza no hay ficción sino la lucha diaria por la supervivencia de cada especie, incluida la nuestra.
Saludos
Es evidente que no me hice entender. Cuando utilicé palabras como función, escenario o réplica, hablaba en lenguaje figurado, algo muy común, por otra parte, al referirnos a la vida. En ningún momento quise dar a entender que estuviera representando un personaje.
Le ruego disculpe tanto mi torpeza como el tuteo inicial. Y mi audacia al suponer que detrás de unos visillos suele haber una ventana.
Pues sí querida Carmen, allí es donde encuentro ese bálsamo que necesito y recargo pilas, lejos del mundanal ruido que es ya un estruendo infernal.
Muchos besos
Benito, la confusión con la ventana ha sido general, por eso he puesto la foto completa para que se vea el contexto. Mi intención al hacer ese encuadre era resaltar los rayos del fondo, como una esperanza.
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En cuanto a mi respuesta va en el sentido que usted dice, el desencanto por una vida que se ha convertido en un circo y del que no quiero participar. Solo que no me queda otro remedio mientras Dios quiera tenerme aquí.
Gracias por sus comentarios.
Saludos