Viento. Por Blanca García Malanda

Viento

 Para María Luisa Núñez,

que hace realidad nuestros sueños

Cierra los ojos.

Sólo notas el viento frío en la cara, empujando los sonidos y la memoria.

Levanta los brazos, hasta la altura de los hombros, así, como si fuesen alas.

Imagina ahora el ruido del mar.

No, no son olas de playa.

Quiero  que escuches cómo estalla el mar contra las rocas.

Tú estás arriba, en el  acantilado, con los brazos abiertos, contra el viento.

Notas las gotas de agua en la cara, el olor a sal y el miedo.

Tu cuerpo se cimbrea frente al aire, ahí, al borde de un abismo.

Has comprobado que no queda ni una cuarta de tierra ante tus pies. Llevas mucho tiempo luchando contra el viento, midiendo su fuerza con tu empuje.

Ahí, al borde, te sabes vulnerable y poderosa, dueña de tu fuerza; libre para volver sobre tus pasos y orgullosa de no hacerlo. Fuerte y exhausta.

Abre los ojos.

El acantilado no está a tus pies.

Sólo el viento y tu fuerza.

Blanca G. Malanda

 MOVIL NUEVO 021

Un comentario:

  1. Querida Blanca, el viento eres tú y, los que como tú, tenéis la fuerza tremenda de la palabra. El don más maravilloso que se nos ha dado y que puede hacernos sentir poderosos al usarlo con esta maestría que demuestras.
    Vosotros sois mi viento y la palabra nuestra fuerza.
    GRACIAS.

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