175- Trilogía pulcra de la Habana. Por Boring Home
La noche en La Habana cae de súbito sobre ti. La luz quema fuerte hasta muy entrada la tarde. Es un efecto enceguecedor.
La noche en La Habana cae de súbito sobre ti. La luz quema fuerte hasta muy entrada la tarde. Es un efecto enceguecedor.
Así, no temas. Déjate llevar. Todo irá bien. Tranquila, tranquila. Tan sólo quería besarte. ¿lo entiendes ahora?
¾ ¡Nena! Ven a darle dos besos a la tía Sagrario. Detestaba que me llamaran nena como si todavía fuera una niña pequeña. Detestaba tener que saltar a tierra firme y dejar a Ismael habérselas solo con Moby Dick.
Jonathan se fue a vivir con su tío porque residía en la misma ciudad en la que él estudiaría y sus padres no estaban dispuestos a financiarle una estancia a mayores pudiendo ahorrársela.
Está bien, pueden pensar lo que quieran. Lo tengo claro, lo que llegué a sentir por ese chaval nadie me lo arrebatará. Quizás no sepan lo que es la simple atracción por el mero primer encuentro, a lo que añado que no es una sensación siempre satisfactoria.
Allí estaba una vez más. Sola, en medio de la noche. Entre la oscuridad y el silencio. Bajo la pálida mirada de la luna y el leve titilar de un tupido manto de estrellas, recordó aquella primera noche, hace ya muchos años, cuando siendo poco más que una niña se empeñó en ir a ver las estrellas.