57- Mujer concurso. Por Terry Osborn
- 11 octubre, 2012 -
- Relatos -
- Tags : 9 Certamen de Narrativa Breve 2012, certámenes, escritora
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Cuando aparece un título como este o similar, uno piensa que se trata de la publicidad de algún joven en concursos de belleza, danza o canciones.
Nada más lejos de la realidad. En este caso, se refiere –tal cual- a una servidora que construye y destruye miles de poemas y/o relatos que –a posteriori- remite a las direcciones de correo electrónico que indican las bases.
¿Por qué? Porque la –muy idiota-, está convencida que, un día de estos, uno o dos o tres o –incluso- más de los trabajillos que envía, serán galardonados con una colección de e-book, una edición de bolsillo o algunos “euracho” para refrescos o un día de fama en la –preciosa- villa que sólo conoce por referencias internautas…
En fin, que la pava, se cree merecedora de distinción literaria…
Hay que ser lerda, para creerlo. Máxime en una sociedad donde te preguntan hasta tu santo y seña para ir al servicio. Sí. Me refiero, por ejemplo, ¿por qué narices tienes que enviar un pequeño CV junto con la obra? ¿Qué pasa? Está claro, que si has ganado o publicado algo, tienes más posibilidades de llevarte el gato al agua que la prima novel “entusiasmá” que se apunta a lo que sea.
Bueno, los milagros existen. Que se lo pregunten a los que ganan el Euromillón, la Primitiva o un novio latino que le limpie las cañerías atascadas de por vida, con telarañas del poco uso que tienen.
Sí. Este relato va de las cuarentañeras o más, que queremos seguir sintiendo la gloria, sea como fuere. Literaria, romántica, laboral… De esa amalgama de féminas interminables que se sienten más transparentes que el agua clara de un manantial recién nacido. Todo por un poquito de por favor. Un trocito de ese cielo que se ha ceñido sobre su rostro –con arrugas incipientes-, su cuerpo –con flacidez perpetua-, o sus sentidos –enajenados por la edad.
Nadie quiere envejecer, y el que diga lo contrario, miente. Nadie quiere morir, a no ser que la enfermedad invada tu organismo y no seas ni tan siquiera una persona decente. Por eso, sentimos fascinación por lo vampírico.
Se ha vuelto a poner de moda –entre la “celebrities”- la moda gótica. En honor a los “colmilleros”. El personaje más y más “remakeado” de la historia del celuloide y la caja tonta de Umbral. Desde Bela Lugosi hasta Gary Oldman. Hay un sinfín de películas y serie televisivas que representa este personaje. Guapo o feo: da igual.
De Lolita, era mi fantasía sexual desde que vi “El Baile de los Vampiros” en –el cine “Pompeya” de la avenida Gaspar Aguilar- de mi amada city: Valencia.
Soñaba, despierta, que un vampiro guapísimo venía y me hacía proposiciones indecentes. Deseaba morderme la yugular. Pero, antes hacerme el amor de manera endiablada.
Debía ser que, por aquel entonces, sentía la llamada del sexo. Algo inmoral para mi familia –de rosario y mantellina- y la época –los setenta-. Entonces, mis pensamientos hicieron un pacto con mi alma. Si me violaban, podía tener sexo. ¡Ah! Yo no quería, me forzaban…
Mis noches calenturientas comenzaban con mi “Dracul” especial, que, dependiendo de mi estado de ánimo, variaba su fisonomía. Eso sí, siempre estaba para chuparse los dedos. Sólo que te chupaba él, y no, tú.
Vaya, esa jovencita de “Clerosil” diario y escote-rostro sonrosado a la mínima palabra, tenía una doble vida, una doble moral. Era la perfecta púber para todos. Aunque por las noches me transformara en la “femme fatale” de los infiernos mortecinos.
Los films de zombis, también estaban dentro de mis preferidos… El sumun por aquel entonces; de la misma forma que en la actualidad. No por la inmortalidad, por todo lo contrario, por la fealdad que emanaban sus personajes. Recuerdo que “La Noche de los Muertos vivientes” me aterrorizó en el cine “Ribalta”, sito, en la misma avenida que el mencionado con anterioridad.
Somos una familia cinéfila. Mi abuelo era el proyeccionista del mismo cuando todavía era un cine al aire libre en el que cada cual se llevaba la silla de su casa. Y, desde entonces, todos los miembros de mi clan, nos sentimos atraídos por la gran pantalla. Me pregunto, ¿qué hubiera pasado si internet hubiera nacido en el XIX? ¿La historia habría cambiado? Seguro.
Sin lugar a dudas, el invento del siglo XX y de –pienso yo-, de unos cuantos siglos más. Esta mujer concurso, está hasta las narices de desparramar. Desconozco a dónde me llevarán mis elucubraciones, poco me importa. ¡Qué más da!
Nadie leerá está bazofia enrarecida con mala hostia y licor. Me he bebido una botella –de más de dos décadas- de Terry de Centenario y llevo una cogorza como para decir y escribir las estupideces que estoy diciendo. Llevo más de tres meses adosada a una silla tecleando en mi Dell de color chicle.
Un día me toca un relato, al otro un poema, al otro publicar en mi blog y al siguiente leer los que sigo. De paso, miro el asqueroso “face” para publicitarme y cliquear me gusta a los que han publicado en mi muro. ¡Menuda caca! Siempre la misma historia… Pero, eso es la vida. Un día que sigue a otro día. Una hora que se acaba con el inicio de otra. Una vida que se apaga cuando otra alumbra. Un suspiro que se ahoga cuando otro nace.
Nacer, vivir y morir. Hamlet de Shakespeare, ser o no ser. Y si somos, existimos y si existimos, somos. Sentimos, lloramos, follamos, cagamos, reímos y lloramos. ¿Por qué temer a la muerte cuando ésta es la única verdad que conocemos? Cuando nacemos para morir, cuando cada día que pasa esta más cerca la caja de pino con cruz que te tapa, el agujero oscuro y tétrico en el que te meten, los gusanos que nacerán de tu cuerpo putrefacto, al cabo de unos días. El fuego que quemará tu cuerpo muerto. ¿Y si resulta que cuando comienza la incineración tienes catalepsia como la mujer de Edgar Adam Poe y te despiertas socarrada, y con un sufrimiento horroroso, mientras los tuyos lloran tu pérdida?
Parece mentira, pero, ya llevo más de mil palabras; entre frases inconexas y verborrea barata. Hablando de todo un poco sin rumbo fijo y a la deriva, tecleando como Stigmata las teclas plata de mi amada “chicle”. Es el nombre de la única hija que pariré en esta vida que he desperdiciado sin saber el porqué.
Quizás, con unos padres imaginativos y modernos, mi vida hubiera sido muy diferente, quizás con un carácter más duro y menos esperpéntico, mi mundo no hubiera estado envuelto de papel couché con lazo soberbio, cuando dentro sólo existía una niña perdida y boba que no sabía qué hacer. Quizás si en vez de estudiar arqueología –entre otras carreritas de no sirven para nada- porque deseaba ser “Indiana Jones” hubiera estudiado informática, tendría un trabajo de guay, y no haría la estúpida creyéndome Proust cuando no soy ni una oruga.
Hay tantos “quizases” en mi vida, que mi mente se descompone mientras olvido lo que fue y lo que es.
Y ahora, voy a ubicar un poema que viene, muy al cuento, de mi relato “MUJER CONCURSO”; de esta locura que tecleo. He buscado en mi baúl poético, alguna poesía “freak”. Pero, he de decir, que son todas tan buenas que no las malgastaré en este cajón desastre que he querido y me da la gana, seguir. Así que, voy a inventármela, in situ:
Mujer concurso
escribes relatos
escribes poemas
escribes “posteos”
y todo lo escribes
Mujer concurso
de cabellos con canas
y manos de paja
Mujer concurso
que te miras al espejo
y no te conoces
Mujer concurso
que no eres bella ni joven
pero sigues en tu empeño
y con él, duermes
soñando con tus cuentos…
Mujer concurso
¡Qué pena!
Malgastando tu vida
sin tristeza;
malgastando tus horas
consumida en alucinógenos
copas de orujo
y mentiras de corcho
Mujer concurso
deja tu angustia
deja tu pena
todavía te queda un trecho
todavía te quedas.
Soy, eso, una persona extraña con ojos de gato pardo, curvas milimétricas, pensamientos enrarecidos, corazón sensible y alma de poeta. Siempre quise ser escritora, siempre quise que se me leyera. Una cuentacuentos que entretenga las vidas de otros, una cuentacuentos, feliz con su pena.
Y aquí lo dejo. Son las nueve y veintiséis minutos del sábado seis de octubre de dos mil doce. Estoy hipoglucémica y sigo cavilaciones que no me llevan a ninguna parte. No aparece Drácula, no aparece un zombi, no aparece nada de nada, en esta tarde repleta de lo de siempre. Siempre, la misma historia, entre semana: escribir gimnasio, escribir. Los fines de semana, escribir, reñir con mi esposo y escribir.
Este relato me ha salido anárquico. Lo sé, con esto no se gana ni para tacos de escopeta, que decía mi abuela. Pero, estoy harta de ser alemana y aplicada. No me sirve para nada.
Así que, hoy, ha tocado, a ver… IX CERTAMEN DE NARRATIVA BREVE DE CANAL LITERATURA. Al meollo del a cuestión: máximo dos mil palabras. Pues vamos a escribir por el mero hecho de hacerlo. A lo Kafka, de mi horóscopo –por cierto (cáncer)-, el de los grandes escritores: menuda patraña. Aunque, algo de cierto si hay: Proust, Kafka, Hemingway y etcétera, etcétera, etcétera… Como decía Yul Brynner en “El Rey y yo” –también de mi horóscopo (nació el mismo día que yo, en el mismo año que mi abuela)- a Deborah Kerr mientras le dictaba una carta. Ella, tumbada en el suelo con el cancán de su falda levantado y, él, enamorado sin saberlo. El amor es bello, es lo más importante de la vida. Aderezado de mucho cariño y sexo explícito. Amor, amar. Amar, amor… Palabras que se lleva el viento, palabras que son lo que son sin reproches ni perdón.
No sabía si sería capaz de escribir, lo indescifrable, sentada y de una tacada por mis ovarios; enormes, como las bolas de los miuras. Castizos y españoles por la gracia de Dios. Pero, ya voy por la, mil seiscientas ochenta palabras. Y, aquí sigo, como un forúnculo –purulento- en un hermoso trasero. Dando por todos los sitios al convocantes o jurado o lo que sea al que le toque leer este mamotreto.
Lo siento. Le ha tocado el concurso en el que la “Mujer Concurso”, ya no puede más y, a modo de maratón incomprensible, sigue en su empeño de acabar esta estupidez que escribe para chingarle a usted.
La “Mujer Concurso”, tiene un blog muy hermoso, ¡parece mentira! Pero, así es. La “Mujer Concurso” escribe bien. Pero, dice lo que le apetece y, eso, no gusta. La “Mujer Concurso”, sonríe cuando otros lloran, y no llora cuando otros sonrían o lloran o flirtean o se ponen plastas, como ahora o etcétera, etcétera, etcétera…
La “Mujer Concurso”, es, eso, una mujer capaz de cualquier cosa, por el mero hecho de su testarudez. Podría ser buena escritora, pero no lo es. Podría ser buena en muchas cosas, pero no lo es. Podría tocar el cielo, pero se queda en el infierno. Podría ser un ángel pero prefiere tener cola. Podría muchas cosas que sabe que podría ser, pero ha estado tantos años callada como los síndromes de Aspergen que, ahora, no se calla. Que, ahora, escribe lo que quiere. Le da igual que la critiquen, la han criticado toda la vida por… ¿Cómo se dice? ¡Ah! Sí. Envidia. Siempre la han envidiado por todo cuanto ha hecho, hasta que se ha desmoronado por una cuesta hacia abajo sin curvas ni frenos.
Le dijeron, un señor que había sido periodista –durante cuarenta años- que nunca había visto escribir tan rápido a nadie. Y es que ella, la “Mujer Concurso”, es una loca de las letras. Aprendió a escribir, antes que a leer. Aprendió a inventar sus historias, antes que a comprender. Aprendió a muchas cosas, cuando nadie las aprendía. Es autodidacta, además de estúpida.
Señores, les dejo. Llegue a sus dos mil palabras.
Hola Terry de Osborne…El toro ele!!
Si tu escrito se pudiera reflejar sobre un papel milimetrado de forma electrocardiográfica, sería como una fibrilación ventricular con conducción aberrante.Menos mal que le distes el chispazo en el momento apropiado y entró justo en el final a ritmo sinusal.Esto es lo que yo llamo talento y creatividad.Tomad malditos mis 2000 palabras!! a sabiendas que el relato lleva dinamita y la suficiente inteligencia como para dejar a los plumillas con la boca abierta y la lengua sobre el pupitre.Eso es arte!! y lo demás «cuentos».
Espero que el jurado de un premio especial a la originalidad, si fuera así, que vayan pidiendo una UCI móvil porque más de uno entraría en parada cardiorespiratoria, porque te engancha tanto que te deja sin respiración.
Más chulo que un 8, sí señor, sí señora!!!
Me recuerda a mí, pero no soy yo.
Qué bueno jodé!!!
lamari
Te estamos esperando en la vieja bodega. A lo mejor te gusta la fiesta. Un abrazo
Terry:
Más vale tarde que nunca, pero ya estoy aquí para decirte que me ha gustado tu relato y darte mi voto.
P.D. ¡Feliz Navidad!
Ahhh!!! Necesito respirar, después del atracón verborreico de este relato.
H elído unos cuantos, pero, de momento sólo voy a poner un post a MUJER CONCURSO.
Es un aluvión de inquietudes y sentimientos encadenados. El autor-autora sabe lo que hace y lo que escribe.
Además de tener agallas ser muy imaginativo. Es un relato con mala leche y hasta indie, pero es de lo mejor que he visto hasta ahora. Zus
Tu perfecta y ácida verborrea, bien se merece tenerte en cuenta. Tu relato es de lo mejor que he leído: creativo, real y sarcástico.
No sé si te dedicas, habitualmente, a esto de la escritura; si no es así, un consejo: hazlo.
Saludos y mucha suerte, las mereces. Zaro
He leído varios relatos y éste me ha parecido el más original.
Dinámico, con una lucidez enajenada que no te hipnotiza, atrapándote hasta la última línea.
Terry no dejes de escribir, eres un genio, genia o lo que sea que seas. Luna
Un relato trepidante y veraz como la vida misma, escrito con ese realismo sucio que a tantos nos encanta.
Mujer concurso es un rosario cuyas cuentas son las interminable frases encajadas a la perfección las unas con las otras. Puede parecer caótico, pero me temo que, nada más lejos de la realidad.
Es muy bueno. Gótico
Terry Osborn:
Un desahogo bestial.
Aquí no vale decirte de los puntos, de las comas, de que debes repasar y corregir, de que esto no está correcto o que lo otro no sé qué… Has pasado de todo y has hecho una catarsis, que te ha dejado más ancha que larga (o ancho, no sé)… Has vomitado dos mil palabras.
Un abrazo.
buen retrato de una «yonkie» de las letras, de las verdades aunque duelan, sin edulcorantes empalagosos, sin filtros rosados que nos hagan ver la realidad a lo Disney Channel, esa fábrica de monstruos, ya sabeis, esas series en donde sus adolescentes protagonistas son guapos, triunfadores y simpre siempre quieren ser cantantes, bailarines y cosas asi, y encima triunfan y todo es genial, pero la vida no es eso, es mas bien como nos cuenta la mujer concurso, ¿quien no ha visto algo suyo reflejado en este relato? frustración, amargura, tristeza pero también ganas de seguir , aunque sea por rebeldia, por intentarlo una vez mas, porque no todo esta perdido, aun queda la esperanza, que dicen que es lo último que se pierde, que se pierde también, si, pero tampoco hay que tener prisa, no? asi que mientras tanto, sigue regalandonos relatos tan vivos como este, que si nos duele leer cosas asi es que seguimos vivos, gracias por recordárnoslo de esa forma tan contundente y mucha suerte, saludos
Enorme realidad la de tantos y tantos participantes a concursos para encontrar un huequito en el mundo de la Literatura actual.
Ante la problemática planteada por la actual situación, el presente relato plasmó con tanto énfasis y enorme crudeza el panorama de hoy en dia, que bien podría quedar muy arriba en este certamen.
Pues mis «dos mil» enhorabuenas y ojalá este texto «mujer concurso» sea premiado como se merece.
Saludos y suerte!!
¡Bien, amiga Terry O.! – Tu valentía y descaro me agradan. Cuando leo tus publis siento en la mente una bocanada de aire fresco y suave. Mereces ganar este concurso, y otros muchos más. Pero si no los ganas, no te preocupes: a los «genios» les llega la fama después de muertos.
(Te contaré una anécdota: «mi libro (del que ya conoces un poquito), según unos pocos que lo han leído (y esto no lo digo yo, sino ellos), es muy bueno, ya que hasta ahora no había nada semejante sobre mi pueblo. Yo comento con quien me escribió el Prólogo, que ya no haré la 2ª parte (que tengo en preparación), porque la primera no se «vende». Él me responde: -«No te preocupes, porque nadie es profeta en su tierra, y a los grandes genios la fama les llega después de muertos, y tu libro será apreciado y valorado por las generaciones venideras, no ahora» – «así que, haz la segunda, porque quienes sabemos valorar tu obra la necesitamos y apreciamos»).
En tí, amiga Terry O., puede suceder lo mismo: que al presente muchos no sepan valorar tu trabajo. Si ganas, ¡Felicidades! – Te lo mereces- Y si no ganas, siempre nos tendrás a tus fieles lectores y seguidores, que sí sabemos apreciar y valorar tus publis, y te seguiremos animando para que nos deleites con tus «cosillas». ¡Ánimo, y Suerte!
ARVAM.
Una prosa eficaz, contundente, ágil y llena de franqueza. Como el mismísimo Nacho Vidal. Listo como un rayo y la sabiduría del pueblo llano: “Ya lo me dijo mi padre… El que no llora no mama”. O el maestro Wilder; “la gente se vuelve generosa cuando te mueres”. Ojalá consiga su objetivo, que es el de todo escritor: vender libros. Los lectores necesitan de frescura y evasión. Y, de escritoras valientes…Con ese nombre, compraría su libro a ciegas. Un cordial saludo
Me gustó la referencia a Cinema Paradiso.
Me salté el poema.
Esta vez difiero de Lovecraft, hay más sinceridad en el pudor que en el exabrupto.
Y poco más, salvo mis mejores deseos.
Hola Terry Osborn:
De parte de otro amante del coñac y el brandy, no seas tan pesimista. Yo si he leído esta, como tú dices, «bazofia enrarecida con mala hostia y licor» (y veo que no he sido el único). Sería un ingenuo si pensara que lo que acabo de leer es un relato en vez de un ensayo autobiográfico. Delirante, opresivo, expansivo, explosivo. Todavía intento recuperar el resuello. Sobre el mal empleo de las comas no te diré nada porque sé que no te importará una mierda lo que te diga. Nos has abierto el corazón y las tripas en un alarde de sinceridad como hacía tiempo que no era testigo. En fin, ¿que quieres que te diga? Anonadado me has dejado. El jurado tampoco quedará indiferente, Mujer Concurso
Habría que recordar que dos mil palabras era el máximo y tampoco hay porqué abusar. Menos mal que no era un concurso de novela porque entonces podrían echarse a temblar las botellas del mueble bar del salón. No sé si será mujer, hombre, híbrido (que está de moda) o miembro o miembra de la RAE. De lo que estoy seguro es de que no es estúpida. Para nada. Suerte.
Que vitalidad. Me has cogido del cuello al principio y no me has soltado hasta el final. Menos mal que eran sólo dos mil palabras. Un poco más y me ahogas.
Estupendo.
No quiero que cliquees mi trabajo, no quiero que te mueras y ni siquiera quiero que te viole Dracula no vayas a perder, con el mordisco, la creatividad. Tengo un fuerte colocón y yo no he bebido nada, pero tu vómito de ideas me ha sacudido, descolocado y emocionado…voy a respirar y a volver a leerte. Mujer concurso, no dejes nunca de escribir.
Bueno, mi querida Terry (o querido, que nunca se sabe) quizás necesitabas la cogorza para brillar. No sé lo que opinarán los demás, pero yo no he podido dejar de leer hasta el final tu magnífico vómito de sentimientos. Enhorabuena y suerte