75- De hombres y bestias. Por Boa
- 15 octubre, 2012 -
- Relatos -
- Tags : 9 Certamen de Narrativa Breve 2012, madre, montaña
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El atardecer desciende lentamente como un enorme telón de circo. El Sol acaba de esconderse y sus últimos rayos, como regalados, tiñen el cielo con multitud de tonos violeta que se mezclan entre cálidos toques rojos y anaranjados. Ellos, los tres, observan sentados sobre una roca la excepcional metamorfosis diaria del mundo. En sus ojos, al menos en cuatro de ellos, no se advierte emoción alguna, parece más un ritual que un goce.
Dos pequeños ojos marrones si parecen admirados por semejante despliegue de belleza, sólo tienen nueve lunas, y nunca han observado este espectáculo desde un lugar tan elevado. Dos pequeños ojos marrones, como platos, recorren el cielo fascinados… Su dueño no comprende dónde está el resto del grupo. Ya es tarde, y a esa hora siempre están todos juntos en la falda de la montaña. No sabe lo que ha pasado pero comienza a asustarse de todo el alboroto de la mañana.
* * *
Su Madre le había desvelado bruscamente y le transportó en una huida frenética hacia lo alto de la montaña. Al principio escuchó fuertes ruidos que le parecieron truenos y recordaba como una espesa niebla maloliente se acercaba hacia ellos como un fantasma. Creía haber visto a su Padre desaparecer en ella a toda velocidad, aunque no estaba seguro de sí era un recuerdo real o parte de un sueño interrumpido. No recordaba haber visto nada más, pero al abandonar el refugio se había extrañado al percatarse de que no estaba lloviendo.
Tras un duro recorrido, su Madre le había soltado un instante para coger aliento, se había dado cuenta entonces de que solamente estaban ellos dos; su Padre y todos los demás no estaban allí. Aun así, y aunque él no entendía porque no les esperaban, continuaron subiendo sin ellos.
Llegaron mucho más arriba, casi hasta la cumbre. La Madre se había dirigido a un pequeño riachuelo que surgía al filtrarse a través de tres enormes rocas. Ambos habían bebido hasta llenarse y se tumbaron sobre una de las rocas a descansar bajo la sombra de un frondoso Tilo. Desde allí, pudieron ver en la distancia el lugar del que habían partido tan apresuradamente, pudieron ver su cueva, su hogar. El pequeño, que había considerado el trayecto como parte de un macabro juego, no se sentía cansado. Su Madre jadeaba exhausta intentando recuperar el aire que había perdido durante el largo viaje. Los dos se quedaron dormidos.
Cuando despertaron, el Sol ya no era tan cruel. La Madre se había incorporado ágilmente y se quedó mirando fija hacia el bosque. El pequeño tardó algo más en girarse y cuando lo hizo pudo ver que su Padre se aproximaba hacia ellos. Venía solo, despacio, con la mirada perdida en el suelo. Creyeron que estaba herido porque llegaba manchado de sangre, pero resultó no ser suya, él no traía ninguna herida. La Madre se afanó en limpiarle mientras dos pequeños ojos marrones, asustados, no sabían dónde mirar.
* * *
Sentados sobre la alta roca, la noche comienza a adueñarse tímidamente de esta parte del mundo. Los tres continúan clavados en la misma postura admirando ahora las luces del cielo nocturno. El pequeño, incapaz de encontrar respuesta a todas sus dudas y sabiéndose seguro junto a sus padres, decide acomodarse un poco y se duerme enseguida a pesar de que su estómago no deja de sonar. Los dos adultos no han hecho ni un gesto. Ellos si saben lo que ha pasado y no podrán dormir en mucho tiempo. Esperan que el horizonte les conceda algún motivo para tan cruel destierro. El Padre conoce más detalles, pero la Madre no necesita palabras para conocer lo importante de la historia. Sentados uno junto al otro continúan en silencio, absortos ahora en la diminuta luz que comienzan a nacer en la falda de la montaña.
* * *
Esa mañana, cuando comenzaron a oír que algo se acercaba a su cueva, tres de ellos habían salido veloces a repeler la posible amenaza, el resto, cinco contando con el pequeño que aun dormía, se quedaron en el fondo de la cueva muy atentos a todo lo que acontecía. En circunstancias normales les habrían detectado a kilómetros, pero aquello había sido una emboscada bien planificada. Hubo un breve momento en el que no oyeron nada y entonces… Comenzaron a escucharse disparos, que retumbaron como bombas, acompañados de lamentos estridentes. Desde el fondo de la cueva, la Madre y el Padre se miraron durante un instante eterno y decidieron lo que debían hacer. El Padre arrancó a correr hacia la entrada que comenzaba a nublarse por segundos. Como en un extraño sueño, vio a sus hermanos muertos entre el humo blanco de la pólvora mientras corría poseído entre una lluvia de balas. Logró perderse en el bosque sin ser alcanzado por ninguna y siguió corriendo hacia lo alto de la montaña.
La Madre con su pequeño, aprovecharon la huida para salir de la cueva sin ser vistos por los tiradores. Los demás, los dos que quedaban, se habían quedado petrificados ante el horror.
El Padre, apunto de desfallecer debido a su ascenso vertiginoso, se detuvo para recuperarse. El quejido de uno de sus hermanos le hizo ponerse en marcha enseguida, y a los pocos minutos le había localizado. Estaba muy mal herido. Una bala atravesó su cuello pero no consiguió matarlo en el acto. Agonizaba inútilmente luchando contra la hemorragia que manaba de la herida. El Padre se había tumbado sobre ella taponándola como pudo y permaneció así hasta que su hermano dejó de respirar, exangüe.
Sabía que llegaba tarde a su cita, pero espero varios minutos antes de levantarse y echar a correr. Ya no estaba lejos de las Tres Rocas, dónde le esperaban los supervivientes.
* * *
La noche se ha cerrado definitivamente, y aunque todavía es verano, los dos adultos sentados en una roca saben que pronto hará frío y deben encontrar un lugar de emergencia donde pasar la noche. Mañana será el momento de buscar algo de comida y un nuevo hogar. El Padre, agudiza la vista una última vez hacia la cueva, puede distinguir fuego y personas. Recuerda que hace muchos años, durante una tormenta, un enorme rayo cayó implacable sobre un árbol y todo se iluminó, ese día aprendió a temer al fuego, y supo que podía matarle si se acercaba él. Nunca lo olvidó. Las personas matan desde lejos y a traición, es una lucha injusta, sin ninguna nobleza. Eso tampoco lo olvidará. Deben ser la especie más mezquina de la Tierra, piensa. Levanta orgulloso su cabeza hacia las estrellas y parece que pretende que la gigantesca Luna escuche esta vez su grito. Se despide de los cinco caídos, y se diría que a través de la garganta exhala sus voces. De repente, un extraño eco que no habían escuchado nunca comienza a devolverles el sonido amplificado decenas, cientos de veces, como si todos los habitantes del bosque se hubieran unido en una plegaria improvisada que nacía de cada rincón.
Dos pequeños ojos marrones se han sobresaltado intrigados por lo inaudito del concierto. Su dueño, no ha escuchado antes a su Padre aullar de ese modo y mantiene las orejas muy estirada mientras ladea la cabeza tratando de descifrar el mensaje, pero no lo consigue. Se estira entonces todo lo que puede en un largo bostezo y queda tumbado boca arriba, su Madre se acerca hasta él y comienza a lamerle con dulzura.
Regresa el silencio. Los tres se incorporan y se adentran en la maleza, dando la espalda a las imponentes rocas. Las cosas han cambiado, y la única certeza que les queda es que en pocas horas, el telón, volverá a levantarse para ellos. Con eso les basta para continuar. Son lobos fuertes y este es su bosque, saldrán adelante.
FIN
…No todos los habitantes del bosque se han unido a la plegaria. En la cueva, los intrusos dejan de reír y se interrogan con la mirada sorprendidos por el estruendo. Tampoco han escuchado nunca nada parecido, no saben por qué, pero algo en su interior se encoge. A pesar de que ninguno lo confiesa, todos se estremecen en su asiento y se quedan callados, quietos como estatuas de piedra iluminadas por la hoguera.
* * *
Siempre se agradecen, gracias, igualmente.
Suerte
¡OLÉ!
Hola Boa:
Permite que te tutee. Intentaré ser breve y evitar sarcasmos e ironías. Gracias por su extensa respuesta. Gracias por aceptar el reto. Sin embargo, si asegura que mi comentario a Nasha es irrespetuoso, no basta con que se lo parezca: tiene que argumentarlo, y no lo ha hecho. ¿Decir que me parece un cuento infantil es irrespetuoso? ¿Decir que es maniqueo es irrespetuoso? ¿Aconsejar que aprenda ortografía es irrespetuoso? ¿Apuntar que recuerda a Toy Story es irrespetuoso? ¿Animar a qué perfeccione la escritura es irrespetuoso?. No es necesario que me responda. ¿Qué es lo que no habría sido irrespetuoso? ¿Ignorar el relato y pasar directamente al siguiente concursante? Claro, seguro que eso le habría resultado menos irrespetuoso. De momento, me consuela constatar que a Nasha no le ha parecido irrespetuoso (como verá, no me disgustan tanto las repeticiones). Pero si, como se deduce de sus palabras, el respeto es una cuestión “cuantificable”, ahí sí que me ha pillado: siempre habrá quien piense que no he sido lo suficientemente respetuoso.
Las bases del concurso. Sí. Dejo a la organización, al grupo de lectura y al jurado que valoren si se debe o no cuidar la ortografía, aunque no se mencione un detalle tan obvio en dichas bases. Tienen más juicio, más criterio y más razones que yo para hacerlo. No obstante, me permito aventurar que no ayudaría mucho al prestigio de ningún certamen literario premiar un relato plagado de faltas de ortografía y de errores gramaticales, sintácticos y semánticos.
No se equivoca. Nadie me ha pedido que intente corregir cada texto que lea. Y si me lo han pedido, no estoy cumpliendo bien con ese cometido porque, si es cierto que no ha podido evitar leer todos mis comentarios, se habrá percatado que no he corregido la mayoría de ellos. Incluidos aquellos como el relato nº 144; ahora sí me quita Ud. méritos: con éste no rocé la adulación sino que lo adulé en toda la extensión de la palabra, porque pienso que se lo merecía (por cierto, ni adular ni maniqueísmo se pueden considerar insultos o menosprecios, por si se la plantea alguna duda). Aclarado esto, no hay nuevo reto que proponer. En un par de cosas sí coincidimos: en reconocer el esfuerzo de Nasha y en que yo también entendí a la perfección su historia. Si hay otros que no consiguen hacer entender su historia, puede que en parte sea porque hay lectores que se empecinan en ufanarse de que no tienen intención de leerla. ¿No le parece? Toda esta discusión estéril nos la habríamos ahorrado si Ud. se hubiera ceñido a dar su opinión crítica sobre mi relato (que al fin y al cabo es lo que perseguimos en este certamen) en lugar de dedicarse a defender a quienes son suficientemente capaces de defenderse a sí mismos, Robin Hood de las letras.
Me acusa Ud. de que soy tan solo un poco menos cruel que los más crueles de los malvados. Bueno, eso lo dice porque no me conoce en persona. Vale, ya sé que lo suyo es solo una forma de hablar. Lo mío también.
Mierda, al final no he sido breve y sí irónico y sarcástico.
Disculpas aceptadas.
Hola Lovecraft, antes de nada quiero decirle que este es el último mensaje que escribo sobre su participación en el certamen. Mi comentario del sábado 17 de Noviembre de 2012 en su relato no pretendía iniciar una disputa interactiva, aun así me siento en la obligación, quizás absurda, de contestarle:
Yo no he leído 238 relatos presentados a este concurso, en verdad he leído muy pocos en comparación con esa cifra, aunque con el tiempo pienso que leeré todos, bueno, todos menos uno usted ya me entiende. Quiero aclararle que nunca he escrito que me apeteciera leer sus críticas, lo que si dije es que “no pude evitar leerlas”, puede sonar parecido, pero no es lo mismo. Tengo la costumbre de; al finalizar la lectura de un relato, leer también los comentarios que ha suscitado, ya que un certamen como este me concede esa oportunidad. Vuelvo a decir, a pesar de que sé que no le agradan las repeticiones, que no pude evitar leer sus comentarios, debido quizás, ha que debe ser el participante que más ha realizado, cualidad esta elogiable para algunas personas, pero que para mí no significa gran cosa.
Acepto el “reto”:
(Comentario realizado por Lovecraft a Nasha en el relato número 72, “La muñeca Negra”).
Lovecraft dice:
18 octubre, 2012 a las 23:42
Cuento infantil. Maniqueo. Curso urgente de ortografía.
Mi querido/a Nasha: hay pocas cosas más estimulantes como el placer de inventar historias (aunque recuerden sospechosamente a algún episodio de Toy Story). Por eso te animo a que perfecciones tu escritura para que todos podamos disfrutar también del placer de tus creaciones. Es cuestión de tiempo y algo de dedicación. Suerte.
Para mí, este es un “comentario irrespetuoso” como usted dice, que opine quien quiera. Debo dejar claro a este respecto que yo nunca he escrito que no tuviera usted respeto por los demás, lo que si he dicho es que “debería tener más…”, continúa sonando similar, pero tampoco es lo mismo. Con mi frase, creo atribuirle cierta dosis de respeto en sus comentarios, pero le “exijo” más.
Pienso que lo siguiente también lo habrá leído:
Bases de participación
1. Podrá participar en este certamen cualquier autor mayor de 18 años que lo desee, con una sola obra, escrita en español.
2. El tema es libre……………………………………………………………………………….
Lo que yo entiendo al leer estas bases, es que cualquier persona que sea capaz de juntar palabras, menos de 2000, está invitada a participar en el concurso, siempre que sea mayor de edad y escriba en español. No leo nada sobre ortografía. A mi parecer, no debería ser usted quien pusiera en entredicho el argumento del relato, debido a que el propio certamen se encarga de verificar que se trata de obras “originales e inéditas”. Según mi criterio, tampoco debería tratar de corregir cada texto, no creo que nadie se lo haya pedido, aunque igual me equivoco. Por supuesto, los autores y autoras que aceptamos estas bases, quedamos expuestos o expuestas a que cualquier otra persona comente el resultado de nuestro trabajo; ya sea de forma constructiva, simplemente amable o rozando la adulación, como usted ha hecho con otros concursantes (releer los comentarios del relato número 144, El Librito – ( Cosillas que cambiar sin romper). Por Rulfo, para evitar futuros “retos”), o con forma de ironía condescendiente (no muy sutil), como la que en mi opinión emplea, también usted, en el comentario a Nasha. Le “concedo” todo el abanico de posibilidades señor/a. Partiendo de la suposición de que nadie desea presentar a un certamen literario un texto con faltas ortográficas, entiendo que el autor/a de dicho relato se esforzó cuanto pudo. Desde aquí le agradezco a Nasha su iniciativa, así como el tiempo que ha dedicado para conseguir que yo, y todo el que quiera, pueda leer su relato. Coincido con usted en que sólo hace falta “…tiempo y algo de dedicación” para que Nasha corrija sus errores pero, con o sin faltas de ortografía, estoy seguro de que todos hemos entendido su historia. (Hay quien no lo consigue. (Puede sonar a ironía condescendiente, debe ser cierto que todo se contagia menos la hermosura)).
Sobre la triste retahíla de insultos gratuitos que, según usted, otras personas realizaron en anteriores certámenes también tengo mi opinión, aunque no me parece una excusa aceptable insinuar que; como otros son rematadamente crueles, yo también puedo serlo… un poco. (Quiero aclarar que esta expresión es sólo una forma de hablar, no digo que sea usted cruel, no le conozco).
De igual modo le comunico que el comentario que usted dedicó al relato número 72, “La muñeca Negra”, por Nasha, fue el detonante que me motivó a escribir el mensaje que pudo leer el sábado 17 de Noviembre de 2012, nada tiene que ver con la crítica que escribió sobre mi relato, por la que sigo estando sinceramente agradecido pues, vistas las disecciones a las que somete los textos ajenos, no puedo menos que tomarla como un cumplido.
Sobre el “… número de votos”, “… de ingratos “,”… de insensatos”, “… para alguien que quiere dedicarse a la escritura”, he de decirle que me da la impresión de que está usted deduciendo demasiadas cosas sobre mí, basándose en escasas palabras. Puede que le sorprenda, o directamente no me crea, pero la única motivación que me mueve a enviar mis relatos a concurso es que otras personas puedan leerlos. (No voy a negar que si además les gustan y me premian, me alegro el doble).
“Supremacía intelectual” me suena muy mal ahora que lo leo de nuevo, hoy veo claro que fue un error, le pido disculpas si le molestó esta expresión nefasta que nunca debí utilizar, aunque sospecho que no lo hizo.
Para finalizar, aclarar que yo nunca he usado la palabra “envenenado” para calificar ninguno de sus mensajes, y que a pesar de que no me enorgullece decirle esto, la disculpa con la que terminé mi comentario del sábado 17 de Noviembre de 2012 no iba dirigida a usted, la comprensible confusión sin duda se debió a un error mío al no haberlo especificado, pero me disculpaba con los moderadores del certamen, a los que vuelvo a pedir perdón por la extensión de esta respuesta.
Yo también termino.
P.D: Boa Sorte con su “quiniela” señor/a Lovecraft.
Hola, estimado/a BOA:
No te preocupes por tener que gritarme. Uno va llegando ya a unas edades en las que el oído empieza a perder facultades. Siento que no te apeteciera leer mi relato. Tampoco es obligatorio. A mí sí me apeteció leer el tuyo, como el de los otros 238 concursantes que llevo leídos hasta ahora. Al parecer lo que sí te ha apetecido es leer los comentarios que he ido dejando en cada uno de sus relatos. Estás en tu derecho de que no te parezcan acertados, pero no puedo coincidir contigo en una cosa: que los consideres irrespetuosos. Si es cierto que has leído todas mis “críticas, literarias e intelectuales”, te reto a que me demuestres en cuál de ellas he faltado al respeto a ninguno de los concursantes, empezando por mi comentario a tu relato. No confundas los términos. Para que puedas comparar con los míos, te copiaré varios comentarios vertidos contra otros tantos relatos en certámenes anteriores, que sí me parecieron irrespetuosos. Una vez que los leas, juzga si yo he faltado o no al respeto de los concursantes:
“La primera vez que leí su relato me pareció mediocre y pensé que no merecía la pena indicarle detalles literarios que posiblemente sólo conseguirían molestarle. Lo vuelvo a repasar y, tras leer los comentarios que le han dejado, me decido a indicarle lo que pienso de él: cae en la categoría de “malo”
“Una verdadera estupidez como historia, aunque escribe correctamente, lo que ya es mucho decir…
Siento decírselo, pero falla en los finales de su historia, lo que consigue que un trabajo aceptable en sus principios se convierta en una verdadera desgracia.”
“Olvidar los artículos sólo demuestra estupidez. Teclear en castellano “Ahinoa” es aún peor, No me he permitido seguir leyendo cuando me rechinan las palabras…”
“Simplemente un escrito malo con agravantes…”
“Este trabajo es sólo un intento de conseguir un mal relato con pretensiones…”
“No dudo que es un relato “rebotado” de cualquier certamen “Día de la Mujer”. Sin más comentarios, suerte…”
“Un mal cuento y mal escrito por añadidura… Sin más historias…”
“¿No pretenderá que siga leyendo cuando, desde el principio, el relato demuestra que no ha sido capaz de gastar diez minutos en revisarlo, verdad?…”
“Empiece por aprender lo mínimo del castellano…”
“No se puede utilizar un verbo para toda la historia como si no se supiese manejar un diccionario de sinónimos… Resulta amodorrante”
“Ni idea de cómo se utilizan los dos puntos. Aparte de eso, ¿un trocito de anécdota es un relato? No pensará que emula de esta manera la simplicidad “del” Ignacio Aldecoa de los cincuenta, ¿verdad? En fin…”
Espero que captes la diferencia en el tono y en los contenidos. Como comprenderás, para mí habría sido mucho más cómodo o no comentar ningún relato, o limitarme a desear suerte a todos los participantes, o administrar por igual todo tipo de alabanzas y lisonjas faltas de sinceridad. Me habría reportado muchos más votos de los que estoy consiguiendo con mi “irrespetuoso” comportamiento. Lo que ocurre es que me duele ver como alguien comete un error y nadie es capaz de hacérselo notar, con la única intención de que en un futuro corrija situaciones similares. Si esto es faltar al respeto, me considero culpable. Pero sentirse molesto por recibir una “crítica” como aquellas con las que yo he ido “envenenando” este certamen, me parece como poco de ingratos y, para alguien que quiere dedicarse a la escritura, de insensatos.
Respecto a mi “supremacía intelectual”, no es mérito mío, sino suyo, ya que es Ud. el único que me la atribuye. Y respecto a su “evidente inferioridad”, me parece que es ahora Ud. el que se está faltando al respeto a sí mismo.
Termino.
Muchas gracias hermano…
sin palabras….muy grande!!!me ha encantao un abrazooo
Perdón :
Gracias Bonsai, aunque no creo merecer diez estrellas.
Boa:
¿Qué tal vecino?
Aquí estoy nuevamente, pero esta vez he venido a dejarte mi voto con diez estrellas. Ya te dije en su momento que me gustaba tu relato.
Un abrazo.
Aunque no era mi intención hacértelo pasar mal, me alaga tu crítica Joseba, gracias.
Buff,lo he pasado muy mal de verdad. Ha sido muy intenso y has acertado de pleno en narrar la situación, tan superficial para los cazadores pero tan profunda para los cazados…
Mis felicitaciones por el relato.
Gracias por leer mi relaro Lotte Goodwin, comparto tu reflexión.
Suerte para ti también.
Pues yo estaré torpe, pero no me he dado cuenta de quiénes eran los protagonistas hasta casi el final. Pensé primero en hombres primitivos, por la referencia a la cueva donde vivían y por los lazos familiares, aunque es verdad que a veces esas relaciones son más estables entre los animales que entre los humanos.
Enhorabuena y suerte.
Delimao… que decirte… Gracias hermano.
Apreciada anttonia, mil gracias por tu comentario, me anima saber que, al menos a una persona, le he movido algo por dentro.
Suerte… de la buena.
Tu no eres el premio planeta todavía?….muy bueno!,enhorabuena!
Es un relato descriptivo que al saltar de un tiempo a otro me hace estar atenta intentando comprender lo que sucede en la historia narrada sin percatarme de que los protagonistas son lobos. De hombre y bestias… lobos con sentimientos y pensamientos de humanos para que los hombres sientan y piensen que son bestias para los lobos. Hombres que sienten los mismo que los lobos cuando estando en la cueva oyen el aullido. Si con el relato has pretendido que amemos a los animales, o por lo menos los consideremos, lo logras conmigo pues yo también soy sensiblera.
Gracias.
Suerte Sacha.
Otro abrazo para ti vecino Bonsái.
Gracias por leer y comentar mi relato.
Suerte al 76.
Me gustó.
Suerte.
Boa:
Soy tu vecino Bonsái. He tardado en leer tu relato, pero es que tuve problemas con las redes.
Desde el principio de la historia supe que se trataba de lobos, pero esto no le resta nada al relato. Me ha gustado mucho. Has levantado tu voz en contra de la cacería expresándote con destreza.
Un abrazo.
Gracias Cris pero mejor repartimos la suerte que somos muchos…je,je.
Un saludo y suerte.
Aprecio tu sinceridad Lovecraft, te agradezco las cosas positivas que escribes sobre mi relato, y también las negativas. En verdad me considero un escritor novel y sensiblero. Cuestión de gustos.
Gracias y suerte.
Relatada en este caso desde el punto de vista de las víctimas. podemos considerarlo un auténtico alegato en contra de la caza. El tono a ratos resulta algo sensiblero pero en general se lee con agrado. Lo que menos me gusto, y perdona mi sinceridad, es la puesta de sol con la que arranca el relato, y es que, no sé porqué, pero los amaneceres y los ocasos se han convertido en una fórmula demasiado manida (y por tanto poco original) para iniciar un relato (hay unos cuantos ejemplos en este mismo certamen; puedes comprobarlo). Será una cuestión de gustos.
Aullidos de fortuna para tu relato.
Precioso relato, inesperado final…Felicidades!
Te deseo toda la suerte del mundo. Un Saludo
Muchas gracias gillian, a mi me ha encantado tú crítica. Suerte.
Una historia inteligente y muy bien escrita. Mantiene la tensión a lo largo del relato. El enlace ha sido una sorpresa para mi, aunque hay muchas pistas, y encaja perfectamente con lo anterior. Me ha encantado.
* La última palabra de este relato es » hoguera «.
Muchas gracias amigo/a, tu comentario ya es un premio para mi.
Las personas matan desde lejos y a traición. No hay mejor resumen, usando las palabras del autor, para definir la crueldad de aquellos pobres de espíritu que, amparándose en falsos pretextos, utilizan su tiempo libre para disparar a todo lo que se mueve. Suerte.