6- La sangre de caín. Por Sin seudónimo
- 25 septiembre, 2012 -
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Sabrán disculpar, la licencia que me he tomado al dirigirme a ustedes y no duden ni por un instante que no lo habría hecho, si la causa no hubiere necesidad de ello.
Como bien saben vuestras santidades, hijo sin padre soy nacido, mas suplí prontamente esta falla, con la anuencia en mi crianza de múltiples madres
Sí, he de reconocer que no eran las más propicias , ni las mas llamadas , al hecho de la maternidad, sobre todo si convenimos ,como convendremos , de los oficios a los que servían y de que armas se valían para ellos, pues mi madre ,su madre y la madre de su madre, así como todas las hijas ,hermanas y nietas , que habíanse juntado bajo el mismo techo, acostumbraban a alumbrar hijas y mas hijas, altas y bajas ,locas y cuerdas, rameras y señoras, teniendo todas en común siempre dos menciones en su linaje: el arte de hechizar y el signo de identidad de nacer mujeres.
Os podréis imaginar que donde malviven veintisiete mujeres, mal puede caber un solo hombre, pero aun puede ser peor si este hombre no lo es, porque recién ha nacido, y nada, ni nadie, puede ni quiere defenderlo…
Al parecer y os lo cuento por lo poco que puedo recordar de aquella aciaga época, mi madre paría como coneja y tal como hacíalo ,ya retornaba a su vida y sus oficios, como he oído que hacen algunas bestias, dejando abandonado a lo que parían a su suerte.
Esa misma suerte, de la que os habló, fue la que me cupo a mí de que una de mis hermanas mayores hubiera perdido una de sus hijas y que sus pechos rezumaran leche, sin parar, causándole un gran perjuicio, lastimándola con su hinchazón y opresión, tanto y de tal modo, que, enganchóme a ellos y no sacome de allí, hasta que libre se hubo de aquella molesta carga
Mucho me plujo a mi aquella leche que mamé como el superviviente que siempre he sido, teniendo ya entonces la inmensa fortuna de que no limpiasen mis deposiciones y que manchado por ellas no se delatase mi sexo, pues debido a él, de seguro me hubieran dejado morir de hambre en un rincón, aquel atajo de locas mujeres.
Si me preguntáis como crecí en aquel ambiente y como llegué a darme cuenta de donde estaba, aun torturándome en el potro y matándome de dolor con el tormento no hallaría yo respuesta que os satisficiera a vuestra mercedes , ni que de mi boca saliera con verdad, pues no puedo recordar de aquellos primeros días más que lo que ahora os cuento y poco más que la visión de aquellas mujeres despeinadas y empiojadas, matándose las liendres a todas horas, entre griterío de niñas y parloteo constante ,con ollas que ardían a la lumbre con cosas innombrables que echaban en ellas.
Mas mi suerte dio un paso cuando, sin pensarlo ni saberlo, cierto día, entraron los familiares dela Santainquisición en nuestra pobre morada, llevándose de aquí y de allá todo cuanto quisieron y a quienes estaban buscando, y de entre todos a los que prendieron, con justa causa, también me llevaron a mí, que aun colgaba de los pechos de mi hermana, habiendo cumplido ya los tres años.
Suerte la mía , y bien que digo, pues lo que para otros muchos significaba el horror y en muchos casos la muerte cierta, para mi significó más que la vida , pues entre los paseos para los interrogatorios y los encarcelamientos , la mujer de uno de los familiares de la inquisición que cocinaba las pocas viandas que los presos malcomían, sin descendencia y casada hacía años, fijose en mi y gustele, al parecer tanto, que pactó con mi hermana , creyéndola mi madre , su pronta liberación , si me dejaba a su custodia
No era mi madre, cierto es, pero si aun lo hubiera sido, igual me hubiese dejado, no en manos de aquella buena mujer, que solo un hijo deseaba como premio a una vida de sacrificio y trabajo, sino en manos del mismo Satanás, si con ello algún beneficio le hubiera reportado.
No sé el mismo Satanás como se hubiera portado conmigo, pero entre aquellas paredes de piedra maciza, entre los gritos de dolor de los condenados y de resignación de quienes se sabían perdidos, conociendo a los guardianes como a parientes y a los alguaciles como de la familia, tomó un nuevo rumbo mi vida y empecé a darme cuenta de por qué había nacido de una bruja.
“Tienes un talento natural para conocer el mal, en todas sus manifestaciones”, eso fue lo que dijome el inquisidor provincial, en cuanto testifiqué contra una hechicera en mi primer proceso, con tan solo doce años de edad.
Y era cierto, tenía algo especial, porque podía oler, como si llevaran un tufo que solo yo percibiera, a todos aquellos que atentaban contrala SantaMadreIglesia, a los que
blasfemaban , a los que corrompían ,a los adúlteros y a las echadoras de cartas ,a los maldecidores ,a los malojadores ,a los gitanos ,a los judíos ,a las rameras , a las alcahuetas , a los moriscos … y así a todos los hijos de Caín , que en su sangre llevan las señas de los que contra nosotros actúan y proceden , y a los que solo con el tormento ,el encarcelamiento y la justicia de Dios, pueden expulsársele del cuerpo todos sus pecados.
Mas a pesar de estas condiciones y de que en grandes saltos mi fama crecía entre los inquisidores , gracias al buen trabajo que hacía con delaciones y acusaciones varias, y saliendo a buscar pruebas que solo yo encontraba, consiguiendo encarcelar al que hasta entonces nunca se pudo , nunca profesé, aunque muy lejos hubiera llegado , y eso a pesar de que mi madre adoptiva llegó hasta a suplicármelo de rodillas , pues no podía llegar a imaginar mas honor que un fraile dominico en su familia .
No profesé, pero no por ello, dejé de ayudar a la causa para la que había nacido, marchando en sus filas como guardián, alguacil, alcaide y familiar de la inquisición, trabajando solo por el placer de ver sus caras de asombro cuando descubrían quién los había acusado, quién los había estado espiando o quién los llevaba hasta las llamas del brasero.
No diré que no solté alguna lágrima cuando alguno de ellos ardió en las brasas, pues dolíame en el alma su reticencia en no doblar la espina de la falsedad y el engaño, su obstinación en seguir con sus costumbres ancestrales y sus ritos absurdos, sus magias y sus hechicerías
Pero también os diré que a pesar de dolerme no haber convertido a todos los que pasaron por mis cárceles o acusé o delaté ,más me duele todavía que no se me reconozca como deba, que no se me aprecie y que tan solo se me tema, pues sé que si pudieran ,esos mismos campesinos que se descubren cuando me ven pasar, esos mismos que me mandan con sus hijos sus mejores vinos y sus mejores capones, no dudarían en cortarme el cuello si en nada les perjudicase tal acción, por eso , señorías , os digo , que no os confiéis en esa sangre de Caín que intentará embrujaros con su presencia y su labia, para que creáis en su inocencia , que intentará llevaros por el mal camino y confundir vuestra justa causa , pues sabed que quien os lo dice sacó más de cien y una vez con los hierros al fuego la confesión de quien se decía inocente ,para terminar la que parecía dulce doncella ,digna de entrar en la casa del Padre, como vieja condenada a la que gusto daba conducir al cadalso.
No olviden vuestras mercedes, si me permiten la licencia que me tomo al aconsejarles y
Dada mi antigua y fructífera amistad con el inquisidor general, al les, que es la nuestra una lucha sin igual y entre todas las demás la más justa y piadosa, pues no repara entre ricos y pobres, ni entre judíos o musulmanes, ni entre señoras o rameras, solo distinguiendo entre quien está al lado de Dios o quien se aleja de sus preceptos
Piensen en esto sus señorías y si lo desean , pregúntenme más de ello, pues a sus órdenes estoy y estaré por siempre ,como siempre lo estuve , tras los muros falsos por donde escuchaba los lamentos de los presos , que juntábamos para que confesasen creyendo estar solos, como mil veces lo conseguí, haciéndome pasar por uno dellos, como con mis propias manos torturé a mi madre o a mis hermanas , sin reparar en su llanto , ni en sus súplicas, porque la sangre de Caín está maldita y hemos de acabar con ella….nacimos, yo nací… para acabar con ella…pero debo confesaros que no lo he conseguido , porque por más que intenté separarlos ,mas se unían ellos ,si bien eran pocos ,mas se ayudaban a escapar y en la mismas cárceles ,tramaban en secreto en contra mía
Por eso, vuestras mercedes, excelencias, la nueva generación de inquisidores provinciales, deben extremar los cuidados, pues la sangre de Caín está por todos lados y en cualquier esquina para intentar acabar con ustedes, que no han sido pocos los inquisidores que han acabado asesinados, en manos del populacho descontento
Y seguiría contándoos cosas, seguiría dándoos consejos que bien que os servirían , pero veo que ya partís hacia vuestros destinos, veo que salís con prisa de esta cárcel que tal vez os parecerá húmeda y oscura, con sus gritos y lamentos ,pero que para mí es mi hogar y como tal lo tomo, pues no creáis que culpó a los dominicos .,ni a la inquisición de este apresamiento ,ni de que con suerte salga ,ya viejo como soy, y después de tantos buenos años, condenado a morir en galeras ,pues como os dije la sangre de Caín clama en mi cuerpo y , fue ella , y no la locura , como dicen , la que me llevó a dar muerte al inquisidor provincial , al que tanto apreciaba ,a sus familiares ,a los alguaciles y a los guardas, entre los gritos de satisfacción y alegría de tantos presos , como en esta cárcel se guardaban.
Suerte
Muy buen relato con un domino del léxico excelente. A mi me ha parecido que cuenta un historia completa y que trasmite muy bien el odio que se mama y se endilga. Estupendo.
Suerte.
A mí, como a Sacha, también me ha recordado su protagonista al de El perfume.
La crónica tiene una gran riqueza léxica y consigue transmitir todo el odio de Caín; pero, en mi opinión, falla en puntuación. No sé si ha sido algún problema del editor de texto, pero algunos trozos me ha costado seguirlos. Es el único fallo que le veo. Por lo demás, me ha gustado mucho. Buen trabajo.
Suerte.
Tu relato trajo a mi memoria El perfume, aquella novela que hace unos años gozó de una fama inmerecida. La adaptación cinematográfica, horrorosa, apagó los últimos rescoldos de la hoguera.
En cuanto a mi opinión, encuentro que el tema se escapa del relato, que la extensión limitada, impuesta por las bases, lo desvirtúa y hace que un ejercicio de estilo más que notable languidezca, se marchite en tan estrecho corsé.
Muchas horas de lectura tras esas lineas, no cabe duda. Para los que, como yo, el lenguaje de la calle – sencillo y actual- es de por sí difícil de manejar, un ejercicio de estilo como este merece una sincera ovación. Magistral.
Suerte!
Conforme leía tu relato me parecía estar rememorando algún pasaje del Lazarillo de Tormes o de la Vida del Buscón Don Pablos. Prodigioso dominio del estilo y el lenguaje de la novela picaresca del Siglo de Oro. No puedo tener más que alabanzas hacia tu relato, y solo debo reprocharle que la historia no se prologue otras 2000 palabras más, como poco.
Excelente, pues.
Cuando hago un comentario no es de extrañar que coja por la vía de Tarifa, es mi sello, como ese que Dios le puso a Caín en su día.Mire usted, sé que es bueno este relato, pero es como si fuera a unos grandes almacenes y tocara un bolso.Sé distinguir la piel de las buenas imitaciones, pero no sé decir el por qué.
Por otra parte no es de extrañar que ese Caín tuviera tan mala leche, porque es que la mamó y además dió lo que le dieron.
Bueno, que me ha costado lo mío decidirme a contestar y me lo he leído 350 veces para atinar la respuesta.
Parece un pasaje de( me he acordado del el Nombre de la Rosa y por qué?)
Suerte?.No, creo que no la va a necesitar.
Sorprendentemente los inquisidores han vuelto; ya galopan por la Carrera de San Jerónimo a lomos de sus bastardos alazanes, jinetes con mensajes apocalípticos, mensajeros del miedo, esclavos de su propia mezquindad. La sangre de Caín nunca se coagula. Difícil ejercicio de estilo. Mucha suerte